Revista Opinión
A LA TRINCHERA COMPATRIOTA
Los cubanos y el gobierno de Nicolás Maduro saben que la rebelión civil es protagonizada por nuestras clases medias, y estas no hacen por lo general ni las guerras ni las revoluciones, aunque sí las pueden alimentar; y es que nuestras clases medias pueden odiar, pero les falta el “instinto asesino” necesario para matar metódicamente; siendo esto una desventaja grande ante el coloso revolucionario, con soporte en nuestros petrodólares. Pero, la historia es testigo del aprendizaje precoz y como este logra impactar en la conducta social. (J. Piajet) es entonces que podría ser una variable cuestionable.
A pesar que es un problema de educación y cultura frente al drama de la violencia. Sencillamente, todavía les repugna matar y no saben pelear al estilo callejero, salvo crear barricadas improvisadas o incendiar algunos vehículos o atacar organismos públicos, pero por lo general no se suele pasar a límites extremos. En todo caso, son los jóvenes quienes por su inexperiencia ejecutan tales actos al costo de sus vidas. Todo se reduce a combatir con armas caseras e improvisadas; al mismo estilo de David y Goliat (La Biblia).
Pero la verdad es nuestro deber saberlas y compartirlas, nuestras debilidades, es que no son en realidad un peligro para el Estado aparentemente. Militarmente, nuestros ''combatientes'' no están preparados para la guerra; mientras que el gobierno tiene excelentes servicios de inteligencia; infiltran con facilidad a los opositores, disponen del pranato, colectivos armados y milicias populares con cierto grado de preparación y sin sentido moral de lo que hacen, por mandato de otros. Además, asesores y elementos cubanos bien entrenados, fuerzas guerrilleras colombianas y de otras nacionalidades. Amén de un aparato de propaganda política, sencillamente de alta calidad. Por el lado militar la oposición tiene pocas posibilidades, sin el apoyo extranjero; sea de la ONU, OEA o EEUU y aliados como las FAN de Colombia.
Es por ello, que sobreponernos a estas realidades es un asunto de estrategias, inteligencia y valor de la disidencia, la resistencia civil y los jóvenes guerreros. Los militares en la clandestinidad, perseguidos y en retiro hacen lo suyo y esto es parte importante en lo que hacen. Por lo menos así esperamos, ya que, ellos si saben de clandestinidad. Las presiones económicas que se impongan, si se consolida esa acción internacional, darán otro matiz a la confrontación. Los cerros al verse sin alimentos y servicios vitales, bajaran y harán lo suyo para sobrevivir, he allí que la acciones sangrientas estarán parejas con la sociedad en general y el bastión cubano-chavista.
Redireccionar ese potencial de siete millones y tantos de ciudadanos que aún están en el país y dejar que afloren nuevos liderazgos populares, es vital. Actuemos en esa dirección tomando conciencia que ya materialmente deberemos de asirnos de estratos sociales medios, totalmente empobrecidos y proletarizados, pero con un grado de educación muy elevado. Que para algo han de servir, si realmente deseamos liberar al país de esta calamidad.
José Pons B @joseponsb
/@ascenso_social/ “Por una Venezuela Libre y de los Venezolanos”TwittearEnviar este artículo a tus seguidores