A las dos serán las tres
Sergi Pàmies
Con este primer encuentro con los textos del autor, queda fichado para seguir leyendo sus cientos. Al empezar, no podía parar de leer. Divertido, irónico, excelente narrador. Lo he disfrutado mucho. Se me ha quedado muy corto. Quiero más.
Algunos fragmentos
Aunque, más que perder, puede que regalar sea el verbo más adecuado. (Sobre la virginidad).
La tentación de mirar al pasado con indulgencia.
Perplejidad, sorpresa y la constatación de que, cuando confrontamos nuestros recuerdos con los de personas que vivieron lo mismo, descubrimos que la memoria es un monstruo de tentáculos mutantes.
Entonces yo era propenso a combatir los nervios de las expectativas con este tipo de digresiones, que anotaba en una libreta que actuaba como papel secante contra la hiperactividad mental.
Siempre me ha parecido injusto que los padres quieran intervenir en lo que hacen sus hijos y los hijos no puedan intervenir retrospectivamente en lo que hicieron sus padres.
Imaginar personajes y situaciones irreales te retrotrae a cuando eras pequeño y, para combatir el aburrimiento, tenías que improvisar actividades y entretenimientos gratuitos.
La situación es estimulante, pero sería exagerado percibirla como excepcional (tengo cierta propensión a creer que cualquier anécdota puede tener -este cuento lo confirma- un interés literario).
El insomnio es espiral. Te engulle y te escupe hasta que pierdes la consciencia de estar despierto, dormido o en el limbo de una inestable vigía. También es una rutina que asumo como una de las consecuencias de envejecer. No es la única y, desde la cama, me estoy acostumbrando a enumerarlas con rigor notarial, sin añadir ningún barniz hipocondríaco, y a constatar que el inventario de males es más eficaz que el recuento de ovejas.
....confundir las servidumbres de la imaginación con los placeres de la fantasía.
Quizá porque no tenemos televisor, en casa la vida gira alrededor de los gustos y las aficiones de mi madre y mi hermano. El talento de ambos para proponerme ocupaciones más estimulantes que las que podría idear por mi cuenta me atrofia la capacidad de iniciativa y me convierte en un gandul camaleónico.
Tutelado por los hijos de estirpes indígenas, aprendo la lengua de los nativos con la avidez del converso. La impaciencia por ser aceptado me obliga a explorar virtudes que no tengo.
....me injerto una literatura que acabará adoptándome.
...aunque tocara la guitarra, no sería guitarrista; pero aunque no escribiera, sí sería escritor.
Ahora, en cambio, estoy en el despacho del director de la residencia en la que, después de una estancia obstinada, acaba de morir mi madre. No hay tristeza, sólo el alivio de sabernos mutuamente liberados de un sacrificio que, en vez de darle sentido a la vida, nos la ha amargado durante demasiado tiempo.
....jugamos a criticar a los transeúntes y atribuirles nacionalidades, oficios y aficiones perversas.
"Escribidlo en vuestras memorias, os autorizo a que culpéis a vuestro pobre padre de todas vuestras desgracias. Es un recurso muy celebrado y rentable en la historia de la literatura". La ironía relativiza las medias verdades que exageramos y las mentiras con las que nos justificamos.
Sinopsis: En los cuentos de este volumen los límites entre la ficción y los géneros se difuminan: lo que de entrada parece una revisión autobiográfica acaba por convertirse en un juego donde la fantasía tiene un papel fabulador, siempre al servicio de una narrativa que galopa constantemente entre la ironía más perspicaz y su capacidad para hacer frente a los fracasos y las experiencias cotidianas.
Fiel a su voz y estilo inconfundibles, los diez cuentos que conforman este libro se asemejan a diez confesiones íntimas: conviven aquí, por ejemplo, un autor que investiga la relación implícita que hay entre su primera experiencia sexual y su primer ejercicio literario, un padre que le pide a su hijo que lo introduzca en el universo de las aplicaciones para ligar, un dramaturgo con tendencias depresivas que debe enfrentarse a la trágica historia de la muerte de su abuela o una pareja que pretende decirse lo mucho que se quiere y acaba por decirse, sin quererlo, todo lo contrario.
Editorial Anagrama, Barcelona 2024. Número de páginas: 136. Tiempo de lectura: 3h 9m. Empezar a leer.
Sergi Pàmies (París, 1960) se dio a conocer con Debería caérsete la cara de vergüenza, libro al que siguieron Infección, La primera piedra (Premio Ícaro), El instinto (Premio Prudenci Bertrana), Sentimental, La gran novela sobre Barcelona (Premio de la Crítica Serra d’Or), El último libro de Sergi Pàmies, Si te comes un limón sin hacer muecas (Premios Setenil, Ciutat de Barcelona y Lletra d’Or), La bicicleta estática (Premio Maria Àngels Anglada) y Canciones de amor y de lluvia. Su obra se ha traducido al francés, al alemán, al italiano y al griego. Colabora de forma regular en diversos medios de comunicación. Ha sido galardonado con el Premio de Periodismo Deportivo Manuel Vázquez Montalbán.