Uno de los compositores más prolíficos de la música country fue Hank Cochran, a quien pertenece la canción de hoy. Por suerte para el country, cambió de opinión en el último momento cuando, con poco más de 20 años, planeó hacer autoestop hacia Hollywood, pero terminó yendo a Nashville, donde se labró una fructífera carrera. Esta fue una de las primeras canciones que escribió y confirmó su merecida fama, que había cimentado el año anterior al escribir con Harlan Howard el clásico de Patsy Cline I Fall to Pieces (ya escuchado aquí).
En una entrevista para la revista Billboard, Cochran dijo que había escrito el tema en el coche, cuando iba de camino a casa desde el trabajo. El narrador, tras una ruptura, se las promete muy felices porque cree que su carácter optimista le librará del sufrimiento, pero se da cuenta de que la realidad es muy distinta cuando “una pequeña lágrima (asoma a sus ojos) y le defrauda”.
Burl Ives fue el primero en grabarla, en una de sus interpretaciones más populares. La incluyó en The versatile Burl Ives (1961) y mereció sendas nominaciones a los Grammy: a la mejor grabación country y a la mejor actuación masculina solista.
Unos meses más tarde, la versionó Wanda Jackson.
El mismo año, 1961, el cantante de rockabilly Johnny Burnette la grabó para Navidad.
Skeeter Davis y Porter Wagoner nos regalaron un disco de dúos en 1962, entre los que se encontraba este.
Otro dúo, en esta ocasión británico, el formado por Miki y Griff, la versionó ese mismo año. Fueron de los primeros artistas británicos invitados a actuar en el Grand Ole Opry.
El propio Hank Cochran la grabó en 1965.
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