
Y en la central nuclear de Fukujima algunos levantan la mano: Hiroshi, bombero; Raito, obrero de la construcción; y Toshio, científico, están entre las varias decenas de voluntarios que van a quedarse, que saben que van a morir por intentar reparar las fugas de los reactores que desatan aire malsano, aire que envenena.
Las horas son semanas completas en la central, donde apagan incendios mientras surgen otros y las temperaturas dentro del reactor alcanzan los 2000 grados que detienen, en parte, siempre en parte, sus trajes especiales.
Las linternas alumbran su tarea en medio de una oscuridad sin silencios, llena de los chasquidos del agua que bombean continuamente.
Hiroshi se aparta en un rincón y vomita; Raito está cansado, los ojos enrojecidos, pero sus manos se afanan en su tarea: tiene que funcionar, tiene que funcionar... maldita sea. Les rodean los pitidos constantes de los sistemas de seguridad, alterados, mientras siguen trabajando para que baje la temperatura de la vasija, para que la estructura de contención resista.
Raito ve a algunos de sus compañeros mareados, a alguno que se apoya un instante en la pared rezando en voz baja. Las náuseas aumentan pero hay mucho trabajo que hacer todavía.
Está el honor, ante todo. Están sus compatriotas, sobre todo. Está el resto del mundo, también, expectante.
La muerte tendrá que esperar.
Empieza a nevar y sus nombres no serán recordados.
*Hiroshi significa Generosidad; Raito significa Luz, y Toshio significa Héroe.
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Este hombre
va a resistir el embate
de la desilusión y la miseria
Va a sobrevivir
al desastre de ser
humano y hombre
Saldrá en dichoso caballo blanco
y no defraudará nuestros sueños
Este héroe
el último
no se nos morirá entre las manos
Johanna Godoy
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Extracto del film Cuando el viento sopla from dec on Vimeo.