Revista Educación

A los pies del ring

Por Siempreenmedio @Siempreblog
A los pies del ring

Un golpe del chino entra de lleno al combatiente español, que no tarda en responderle con una patada. "¡Vamos Michael!", desde la grada, solo esa frase. Una y otra vez. "¡Vamos Michael!, ¡patada Michael!", y la ovación del pabellón entero en cuanto Michael cuela un gancho. El chino parece responder con un poco más de destreza, hasta que, a pocos minutos del comienzo del primer asalto, Michael asesta un golpe ganador. KO. El combatiente chino cae y Michael se proclama campeón del mundo en su categoría. "¡Vamos Michael!"

"¡Vamos David! ¡Es tuyo! ¡Ya lo tienes!", grita de nuevo la grada. El entrenador chino, sin perder en absoluto las formas, anima a su combatiente. El español parece dominar el combate. El entrenador oriental aplaude celebrando cada golpe de Hao, pero David no afloja. A poco para terminar el segundo round el chino cae. La cuenta llega hasta 8, casi hasta 9, pero Hao resurge. Le viene perfecto el fin de ese asalto para un respiro. A segundos de empezar el tercero, David consigue arrinconar a su contrincante y un rodillazo en la barbilla le hace desplomarse de nuevo. Esta vez sin opción a levantarse. Hao queda arrodillado llorando en una esquina mientras las gradas aplauden a su compatriota que ha ganado por KO el combate.

Se enfrentan por último Redouan laarkoubi contra Jonay Risco en 5 asaltos de 3 minutos por el título mundial y para cerrar un espectáculo que ha durado ya casi 5 horas. Y comienzan los gritos de "¡Vamos Jonay!". El árbitro les da las directrices, les recuerda qué golpes están prohibidos, les indica que se saluden y comienza la pelea. "¡¡Va, Risco, vaaa!!", entre el público. Cuando el español propina tres golpes seguidos a su rival, aplausos y silbidos llenan el recinto. "¡Vamos Jonay!". Termina el primer asalto y parece que la balanza tiende a decantarse hacia el lado de España. La grada corea: "¡Riiisco, Riiiisco!" -en medio de un segundo round bastante igualado. Salen las chicas con el cartel de ROUND 3 y en la pasarela tres bailarinas en bañador con movimientos sensuales entretienen al público, sobre todo al masculino (que es mayoría). En el cuatro asalto comienza fuerte Risco aunque el marroquí no se rinde. Los dos parecen desfallecidos pero a la vez enérgicos a la hora de golpearse. Desde luego, está siendo el espectáculo que la gente esperaba porque llega el quinto sin tener claro quién es el ganador del combate. "Mátalo, al hijo de puta ese", se encienden los gritos de "ánimo" al español. Pero un rodillazo en el ojo lo deja fuera de combate por prescripción de los asistentes sanitarios. El marroquí gana el campeonato y el español, que parecía haber conseguido más puntos, se ve obligado a retirarse del ring con una gasa presionando su ojo izquierdo.

Y ahí estaba yo (hace más de un año ya), pensando envuelta en el máximo bullicio, una frase que siempre le he dicho a mi hermano pequeño, con todos mis respetos a los que han decidido ir a parar a estos destinos, "Will, hay varios sitios en los que detestaría verte: el ejército, la sacristía y un ring". Eso sí te digo (pensaba), si en vez de hermano fuera hermana, preferiría verla pelear, verla romperse mil veces la boca y sufrir cada golpe con ella a verla en bikini con un cartel de ROUND 5.

A los pies del ring
Foto: Co'Report

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