Mientras me planteaba qué podía escribir, los recuerdos me abrazaban tan fuerte que, simplemente, he parado de pensar. Recuerdo cuando de niña jugaba en tu terraza, entre grandes plantas rebosantes de flores que regalaban y que aún lo siguen haciendo. Ese "jardín" de sueños, de ilusión, fue creado con dedicación, con cariño, protegiendo meticulosamente desde la hoja más pequeña hasta la flor más hermosa. Esa terraza, esa selva de colores, es un banco de recuerdos y de felicidad que sus ramas han recolectado con el tiempo. Esa terraza, que ha sobrevivido desde el invierno más frío hasta el verano más caluroso, ha sido siempre para mí el símbolo y la oda a tu lucha contra tu enfermedad, contra tu difícil día a día, a las veces que te has puesto en pie cuando tu cuerpo te pedía lo contrario, y a las veces que has provocado una sonrisa en nuestros corazones. Tu quieres a tu "jardín" y tu "jardín" te quiere a ti, todos te queremos. ahora que no estás, yo protegeré tus maravillosas plantas, así como tu recuerdo. Y en cuanto esto último, estoy segura de que todos lo haremos.
Se me va hacer muy difícil asumir que ya no te voy a poder abrazar. se me va a hacer muy difícil tener que me referirme a ti en pasado. No obstante, sé que nunca te voy a olvidar y que siempre te voy a querer. Y que cuando me mire al espejo, te veré.
Fotografía tomada en el bello "jardín" de mi abuelita.