Hace algún tiempo ya escribí aquí sobre Ana Botella. Hablaba sobre todas las frases que había dicho, que habían quedado en los anales de la historia. Aún no era alcaldesa, era concejala de medio ambiente. Ahora, acaba de hacer el ridículo ante el COI, defendiendo la candidatura a las olimpiadas del 2020 (nada de nada, por suerte), esta vez hablando en inglés. No deja de tener gracia, ya que a su marido se le recuerdan un montón de frases ridículas en ese idioma y, sobre todo, con aquel esperpéntico acento americano.
A relaxing cup of café con leche. Esa es la frase estrella de su comparecencia, desafortunada, sí (¿no tienen asesores que les digan que están haciendo el ridículo, o lo que les gusta de ellos es que les laman el...?). Pero dice mucho de la candidatura, una que vendía austeridad (aunque ya se hubieran gastadio un montón de pasta en instalaciones que ahora estarán infrautilizadas) cuando lo que quieren los miembros del COI es una fastuosidad y pompa desproporcionada. Y el café no es fastuoso. Lo que quieren los miembros del COI es que el dopaje parezca erradicado (cuando españa cerró en falso la operación puerto) y Ana Botella menciona el café, la sustancia dopante más barata, aunque legal. Por otro lado los miembros del COI no quieren que los timen y un café en la plaza mayor cuesta tres euros. Por último, señora Botella, el café no relaja, nada de nada, excita.
Me alegra que no nos hayan dado los juegos, no estamos para esas cosas.