La decisión del juez Castro que a la infanta Cristina de Borbón y Grecia solo se grabe el sonido de su declaración, es decir sin la imagen, me parece ya un privilegio y que además no haya dejado a los abogados ningún portátil, me parece dar privilegios a una ciudadana, que otros no tienen.
No me perece de recibo que en un país que se denomina democrático y social, ocurran estas cosas, que además es también un flaco favor que se le está haciendo a la Casa Real con todas estas excepciones que se producen.
Con la imputación de la infanta, también está bastante claro que el juez Castro está luchando con un 'titanic' fuera de lo normal.
Las respuestas que haya efectuado la imputada, al estar muy bien asesorada (se supone) por el despacho de Miquel Roca (uno de los 'padres' de la Constitución actual), que junto con el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción, la Abogacía del Estado y como remate o guinda de la Agencia Tributaria, todos a favor de que la infanta no se siente en el banquillo de los acusados, determinará presumiblemente se archiven las actuaciones y aquí paz y después gloria.
Sigo diciendo, como lo he dicho en alguna ocasión, que para esto no hubiera hecho falta esperar tres años; podía haber declarado su alteza la infanta Cristina voluntariamente al principio y hubiera salido mucho mejor, sobre todo para el impacto de la Casa Real.
Ahora, como dice gente de su entorno y ella misma, se ve en la obligación de decir que no sabia nada de lo que su marido hacía y por tanto no se responsabiliza, ya que creía a ciegas (el amor es ciego) en su marido y no preguntaba de donde salía tanto dinero; no era de su incumbencia; ella a sus labores, lo demás ni idea, es lo que tiene el amor.
En el supuesto de que tenga que pasar por un juzgado (que nunca se sabe), no quiero que me graben, ya que aunque estoy acostumbrado (que sin pedirme permiso) me graben en muchos sitios con esas cámaras de gran hermano (que de todo se chivan), en ese supuestos, no quiero que me graben, si acaso solo audio.
A partir de ahora, por aquello de que la ley es igual para todos, pues eso, aunque no me haya enterado de nada, a mí que no me graben, sólo el sonido.