«A orillas del Aqueronte», de Raúl Nogales, sitúa a cada lector frente a su monstruo vital.
Hay libros que parecen destinados a dar que hablar, y A orillas del Aqueronte, de Raúl Nogales (Madrid, 1974), es uno de ellos. A su original premisa, hay que sumarle el placer de las referencias a grandes clásicos universales como la Divina comedia de Dante Alighieri, y la capacidad que esta historia tiene para resultar diferente a cada lector, porque en el fondo, el viaje no es solo de su protagonista, Hermes Reyes; se trata del viaje de cada uno de nosotros para dar caza a nuestro monstruo y hacer que deje de atormentarnos.
Cuando uno entra en una librería o en una biblioteca buscando una nueva historia en la que embarcarse, puede que no sepa muy bien qué está buscando. Es perfectamente lícito estar allí simplemente para dejarse seducir, pasear entre estantes a ver si hay algo que merezca la pena llevarse a casa. En este punto, siempre es muy revelador hacer el ejercicio de pensar qué sería lo que conseguiría ese efecto en nosotros si nos viéramos en tal tesitura.
Y es que la capacidad de seducción que puede tener un libro no es un asunto cualquiera. Normalmente aseguramos que buscamos originalidad, pero ¿es así realmente? ¿Buscamos una historia nunca vista o la seguridad y el confort de revisitar los lugares que ya sabemos que nos van a hacer felices? Por suerte, A orillas del Aqueronte, del escritor madrileño Raúl Nogales, tiene tanta innovación argumental como una mirada a los clásicos con la que se asegura adentrarnos por terrenos que nos van a resultar familiares, si bien desde una óptica muy distinta.
«Es un libro que no te deja indiferente —asegura el propio autor—. Es sorprendente, impactante. Un libro que hace que afloren en el lector diferentes emociones a medida que avanza canto a canto. Un libro que invita al lector a reflexionar y posicionarse, aun sin quererlo».
Pero ¿de qué trata este A orillas del Aqueronte que lo hace tan especial? Pues lo que Raúl Nogales relata en su novela son las peripecias de Hermes Reyes, un empresario de la tecnología que recibe un regalo envenenado el día en que cumple 40 años: el mismísimo Caronte se le aparece en sueños para otorgarle la habilidad de viajar al pasado, pero también este regalo esconde una cara negativa y es que deberá enfrentar y derrotar a un monstruo para liberar las almas de 33 niños que, de lo contrario, quedarán para siempre atrapadas en el limbo.
Un viaje del héroe como argumento, una lucha contra el pasado, que siempre es una lucha
contra el futuro, y, en definitiva, una premisa atractiva, innovadora y que nos remite al imaginario colectivo de nuestra cultura literaria, con referencias, por ejemplo, a la Divina comedia de Dante Alighieri. Un recurso muy importante en la literatura, y que no deberíamos condenar al olvido, como explica perfectamente el propio Nogales:
«Los clásicos, como parte de la historia y nuestro pasado, si no lo conocemos, lo recordamos y lo estudiamos, estamos condenados a no entender nuestro presente y no estar lo mejor preparados que sea posible para nuestro futuro, que cada vez llega más temprano de lo que pensamos. Los grandes errores de la humanidad se han repetido por no querer aprender del pasado o querer olvidarlo, eliminarlo».
Esos errores que se acaban pagando por no ser capaces de aprender son un poco una metáfora del monstruo que todos tenemos que matar para seguir nuestro camino. Un animal mitológico al que podemos elegir no mirar, incluso darle una forma minúscula si queremos, pero da igual; siempre estará ahí, esperándonos. Y es muy interesante que también nos espere entre las páginas de A orillas del Aqueronte, porque en el fondo, este libro se convierte en nuestro propio viaje, y el monstruo, como muy bien sabe el autor, en una criatura distinta para cada uno de nosotros.
«Creo que es imposible, y lo digo con esta rotundidad, leer el libro y no ponerse en primera persona en los zapatos de Hermes. Creo que todos los lectores se van a identificar con él, en mayor o menor medida, y cada lector irá interpretando cada una de las aventuras de Hermes y creando un paralelismo con su propia vida. Creo que es uno de los valores que tiene el libro, que transporta a cada lector a un mundo diferente, a su mundo. Si tengo cinco lectores, el libro tiene la capacidad de crear cinco mundos diferentes de la mano de cada uno, y si llego a tener millones de lectores, se habrán creado millones de universos paralelos con historias muy personales de cada uno, con historias de sacrificio a las que cada uno ha tenido que enfrentarse en su vida y todo un albero lleno de monstruos done cada lector se enfrenta a ellos», explica Nogales.
Descubre más del autor en su web: aorillasdelaqueronte.com
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