Soria ha vuelto a fallar en sus predicciones (eldiario.es)
Un 11%. La subasta eléctrica ha disparado el incremento de la factura eléctrica (un 10%) i el Gobierno añade su granito de arena (1%) en concepto del incremento de tarifa que le corresponde. Sin duda alguna, la mayor puñalada trapera a lo largo de este ya casi extinguido 2013. Y es que, más que las nefastas previsiones del ministro de Industria, José Manuel Soria, lo que pesa, y pesará a partir del primer día de enero, será la realidad de tener que hacer frente a un recibo desorbitado e incoherente con la situación social que atraviesa el país.El juego que vienen marcando desde hace varias décadas los principales políticos del estado (ministros, presidentes, etc.) con las compañías eléctricas, que los convierten en sus consejeros al finalizar sus mandatos, permite hacer una sospecha más que fundamentada sobre los intereses entre ambas partes a la hora de establecer acuerdos como el de la subida de hoy. Pedro Solbes, ex-ministro de Hacienda y Economía se quedó en Enel, filial de Endesa, por 250.000 euros al año. Ángel Acebes,que ocupó varios ministerios (Interior, Justicia y Administraciones Públicas) durante las dos legislaturas de Aznar, fue contratado por Iberdrola a cambio de 400.000 euros. Los ex-presidentes del gobierno, Felipe González y José María Aznar ostentan sus cargos de consejero y asesores en Gas Natural-Fenosa y Endesa, con unos salarios de 126.000 (sin contar dietas ni comisiones) y 200.000 euros. Y estos son unos pocos ejemplos de una lista que se alarga demasiado, dejando evidentes pruebas de las estrechas relaciones que mantienen y han mantenido el sector eléctrico y nuestros gobernantes.
¿Hasta cuándo se resistirán las subidas sorpresa? (20minutos.es)
La ciudadanía continúa y continuará pagando los gastos de estas encarecidas relaciones que conducen al poder económica. Podría hacerse una porra sobre cuáles de los rostros que hoy anidan en el Parlamento acabarán detrás de una mesa de Endesa, Iberdrola o Gas Natural, de entre otras muchas. Pero eso no libraría el yudgo del 11%. La palabra revolución procede del latín "revolutio", que significa "una vuelta". Mientras puedan continuarse pagando las tarifas impuestas no habrá necesidad de "vueltas", pero lo cierto es que ya existe esa necesidad. El año pasado, 1'4 millones de personas se quedaron sin luz y a la vista de soluciones, el Gobierno se empeña en rechazarlas y seguir con el mismo sistema. La necesidad de dar esa "vuelta" pesa demasiado para una sociedad que, a mi modo de ver, está muy mermada de capacidades para continuar resistiendo el chaparrón con la llama de una vela, en lugar de una bombilla.
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