La tecnología (al menos hasta ahora) no puede evitar que cuando la naturaleza se revela en toda su fuerza no deje detrás una estela de desastre y desesperación, sin importar cuán pobre o rico sea un país o región en cuestión.
La noticia es ya pretérito, sin embargo todavía muchas personas aún siguen sufriendo las consecuencias de Sandy, una tormenta que algunos han calificado de casi perfecta, dada las condiciones en que se engendró, creció y afectó a la costa noreste de los EE.UU.
Este que aquí escribe fue uno de esos afectados, aunque acostumbrado a los trajines de enfrentar un huracán nunca pensé que pudiera ver llegar uno a la isla de Manhattan (New York City). Mi casa no fue inundada, tampoco destruida por la tormenta, pero aún así Sandy me venció de una manera más sutil, me privó de energía eléctrica hasta la noche de ayer sábado. Por otra parte, he estado súper ocupado ayudando a recuperar el lugar donde trabajo que fue afectado por el desborde de una represa que inundó el lugar con unos 6 pies de agua en menos de quince minutos.
Pudiera contar más, mucho más, pero prefiero en su lugar continuar adelante y agradecer a amigos y lectores de este blog por sus constantes preocupaciones y mensajes de solidaridad, gracias a todos. También pido a Dios ayude a aquellos que aún sufren las consecuencias de Sandy.
Aquí nos vemos de nuevo en los próximos días.
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