Revista Política

A precios de mercado

Publicado el 23 marzo 2013 por Noostradamus
Cruda realidad la del mercado laboral español  del sector privado, sus salarios han caído en proporción a lo que ha crecido el desempleo. Las ofertas para personal de oficinas, administrativos y similares no suele sobrepasar el salario mínimo cuando es que se ofrece un sueldo, siempre como contratado temporal, claro está. Y si es un titulado medio de esos con una titulación universitaria de menos de cinco años, se puede dar con un canto en los dientes si su sueldo llega a los 800 euros mensuales; si tiene estudios universitarios puede llegar hasta a mileurista y todo, o casi. De hecho los técnicos de Hacienda reconocen que hay 11 millones de personas en el mercado laboral español que ingresan menos de 1.000 euros mensuales.  Lo que es bueno para la mayoría de la población debe serlo para todos por igual y que nadie quede excluido de las bondades del mercado laboral español, una de las cuales es su salario mínimo.
Por eso nos hemos dirigido a un emprendedor autónomo español partidario de las actuales reformas del sector privado y que contrata trabajadores siempre como temporales claro está y en función de qué tramo de edad subvencione el gobierno de turno, si los menores de 26 o de 30 sin estudios o procedentes de la construcción en exclusiva. Acostumbrado a hacer las cuentas en plan trabajador autónomo español y cuentapropista (dicho a la cubana) con números redondos procedió a explicarnos como elabora él un presupuesto de gasto en sueldos. Cogió un bloc de espiral y con un lápiz desgastado en plan ahorro tacaño empezó a escribir; dos millones cien mil sin estudios universitarios a seiscientos euros al mes, son 15.000 millones de euros al año, otros seiscientos mil titulados universitarios no superiores, a 800 euros al mes son otros 6.000 millones más y los otros trescientos mil, licenciados y equivalentes, 3.600 millones más. En total 15+6+3,6=24.600 millones de euros al año en sueldos a precios de mercado.
Como persona amante de los números sencillos lo dejó todo en 25.000 millones de euros por aquello de que es posible que los otros 400 millones de euros se pudiesen ir en gastos imprevistos sobrevenidos, como sucede en cualquier chapuza que se precie, que sin un gasto inesperado no sería lo mismo. El tipo había solucionado el déficit público español en un segundo logrando librar para creación de empleo nada menos que otros 100.000 millones al año, era evidente que si podía pagar tres millones de empleos con sólo 25.000 millones con cuatro veces más crearía nada menos que 12 millones de empleos añadidos, algo irracional en un país que sólo tiene 6 millones de desempleados. Le hice entender que entonces el problema sería la inexistencia de suficientes parados para poder cubrir todos los puestos que pensaba crear usando la argucia de pagar los salarios del mercado laboral español del sector privado.
¿Qué iba a hacer España sin su 30% de la población activa en paro?, toda esa gente consumiendo supondría sin duda un repunte de la inflación de los que asustan tanto a las gobernantes autoridades alemanas respaldadas por el voto democrático de los alemanes, es decir, legitimado por los resultados de las urnas de Alemania. El perverso autónomo no aceptaba los argumentos e intentaba persistir en su error, a mí es lo que me sale, repetía obstinadamente, es más, con ese dinero creo 6 millones de empleos y ahorro 50.000 millones de euros al año en salarios a los contribuyentes, argumentó el malvado, para ayudas directas a la renta de las familias necesitadas. No pude sacarle de su error y hacerle comprender que los presupuestos no se hacen en realidad así, que primero se pone lo que se va a gastar y luego lo que se desea recaudar por el medio que haga falta y no al revés. Porque los ciudadanos no saben administrarse bien y dejar dinero en sus manos es una irresponsabilidad habiendo autoridades que lo pueden adjudicar alegremente. La prueba de ello es que los ciudadanos españoles nunca han promovido un referéndum para que esto no fuera así. Y el que calla otorga. O no, depende.

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