Kenia de Contreras.
¿Cuántas mujeres han soportado o se encuentran soportando una situación de abuso o de menosprecio de parte de las parejas con las que se relacionan? Desde adolescentes, jóvenes hasta mujeres casadas viven situaciones de violencia tanto física como psicológica. Este es un hecho innegable y que ocurre cada día pero de lo que pocos hablan o se atreven a aceptar. ¿Cuántas noticias sobre mujeres vemos en los medios que han sido salvajemente atacadas por sus parejas o han sufrido una muerte atroz?, ¿Cuántas madres deben sufrir por ver que los padres utilicen a sus propios hijos para ejercer maltrato psicológico?, ¿Cuántas mujeres casadas conocemos que callan el hecho de que sus esposos les griten en casa, las insulten, las obliguen a tener relaciones sexuales, mientras que se muestran como hombres intachables frente al resto de la sociedad?, ¿Cuántas mujeres son golpeadas tantas veces que terminan al borde la muerte? ¿Cuántas han tenido que soportar acoso en sus trabajos o son explotadas sexualmente sin tener cómo escapar? Muchas de ellas por miedo, por la presión social o el qué dirán terminan viviendo situaciones muy difíciles e insostenibles que merman considerablemente su autoestima, ya de por sí golpeada, y que las sume en depresiones, dolor y angustia. Todo ello ocurre sin que muchas de ellas se atrevan a denunciar al maltratador, ya que la mayoría de las veces son familiares o dependen económicamente de sus victimarios lo que hace de este tema algo sumamente complejo.
Sin embargo, esta problemática social es de carácter mundial, tiene múltiples orígenes e implicaciones, ya que vivimos en una cultura patriarcal en la cual la mujer siempre ha sido vista como un ser inferior y ha sido víctima de trato discriminatorio constante y excluida de las estructuras de poder. Así mismo, la influencia de los medios de comunicación social que han hecho de la mujer un “objeto”, el poco valor que se le ha dado a nuestro género, el falso concepto de “amor” que se maneja, y al hecho de que en nuestras familias nos hemos acostumbrado a ver este mismo trato como algo normal y frente al cual hay que mostrar sumisión. Desde niñas hemos recibido mensajes muy negativos sobre nuestra propia valía y que hemos llevado toda la vida en forma de introyectos de los cuales es difícil escapar. Pero un cambio es posible, la idea es “darse cuenta” y trabajar fuerte en nuestras propias creencias y en especial en el concepto que tenemos sobre nosotras mismas.
En nuestro país, especialmente hemos alcanzado grandes avances en materia de defensa de nuestros Derechos Humanos fundamentales gracias a este maravilloso proceso revolucionario. Como mujeres hemos sido dignificadas, sin importar clase, raza o condición, contamos con una legislación muy interesante para luchar contra este grave problema comenzando con la misma Constitución que garantiza la vida, la libertad, la justicia, la igualdad e introduce la diferencia de género como gran logro, así como la promulgación de la “Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia” que vio la luz en el año 2007. La misma sienta sus bases en iniciativas mundiales tales como estudios de la ONU sobre la violencia de género así como convenciones y tratados internacionales en materia de Derechos Humanos. Igualmente existen más de 100 fiscalías encargadas de recibir denuncias a nivel nacional y 50 tribunales que se encargan de estos casos, lo que ha contribuido considerablemente a disminuir los hechos de violencia contra la mujer. La venezolana es valiente y aguerrida, cada día rompe más barreras y alcanza niveles de empoderamiento insospechados. Ahora las mujeres se sienten portadoras de derecho y saben cómo ejercerlos. Este nivel de consciencia es inédito y uno de los grandes aprendizajes que nos dejara nuestro Comandante Eterno.
Es así como gracias a la iniciativa de nuestro líder Hugo Chávez Frías, así como de valiosos colectivos de mujeres, comisiones de la Asamblea Nacional así como a la actuación de los entes públicos con políticas específicas en materia de mujer y familia se ha hecho visible y se mantiene la lucha diaria y constante contra esta grave problemática de salud pública que afecta a millones de mujeres en el mundo. Esta Ley, es una ley maravillosa, moderna, que tiene carácter orgánico, que intenta cubrir todas la áreas de la vida de la mujer en las cuales puede ser objeto de maltrato desde el físico, psicológico, hasta el patrimonial o laboral. Tiene un enfoque multidisciplinario, la misma hace hincapié en la labor de prevención y sensibilización a los miembros de la sociedad, así como en la protección de las víctimas y un sistema de sanción bastante completo para el agresor así como de programas de intervención y ayuda. La idea ha sido dar una respuesta legal concreta y oportuna para parte de la población venezolana representada por nuestras bellas mujeres.
Como ciudadanos democráticos, amantes de la justicia y de la igualdad debemos sentirnos orgullosos de esta legislación, regalo de nuestro Comandante Supremo que siempre mostró un profundo respeto por las mujeres de esta patria. Hoy es un día particularmente especial para reflexionar sobre este tema ya que se conmemora el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el cual fue declarado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, fecha en la que se recuerda el terrible triple homicidio ocurrido el 25 de noviembre de 1960, cuando fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de República Dominicana, matanza ordenada por el dictador Rafael Trujillo. Todos podemos ayudar desde nuestros espacios a crear mayor consciencia sobre la violencia de género e involucrarnos en esta lucha que día a día protagonizamos. Como mujeres podemos apoyarnos, hablar sobre ello, no quedarnos calladas, denunciar si es necesario, acudir a terapia, a grupos e instituciones de ayuda, en los cuales podamos trabajar situaciones de violencia en las que podamos estar involucradas y que deseemos sanar para poder mejorar nuestra calidad de vida, lograr amarnos y respetarnos, porque SÍ ES POSIBLE…
Para denuncias pueden comunicarse con el 0-800-MUJERES (0-800-6853737) contactar y formular las denuncias ante el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer). Acudir a las Prefecturas, Fiscalías, Defensorías de su ciudad.
Texto Completo de la Ley: http://www.cicpc.gob.ve/files/documentos/mujer.pdf
*Periodista y Terapeuta. Activista por los Derechos de las Mujeres.
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