El orgullo español, y luego lees lo que los españoles hicieron en América del Sur. De qué pasado puede estar nadie orgulloso.Elias Canetti, 2000.
[El nacionalismo español es] un nacionalismo oficialmente inexistente, pero (…) es el nacionalismo más virulento y manipulador que existe en estos momentos (…). La manipulación más evidente que se asocia con este nacionalismo es la de que no existe o de que, como mucho, aparece en ciertos grupos marginales de la política actual.Juan Carlos Moreno Cabrera, 2010.
Lo que entendemos por ‘España’ y por ‘Sociedad’ debe mucho a lo que de común alberga cada una de esas etiquetas y, tras años de lectura de prensa y audición de noticiarios, se ha ido sedimentando en nosotros. ¿Qué es ‘España’ (o ‘Catalunya’ o ‘Extremadura’)? Aquí la inducción es sencilla: ‘España’ (o ‘Andalucía’ o ‘Euskadi’) son sus políticos. Sus dimes y diretes, sus resoluciones e irresoluciones, sus parientes, sus ocurrencias y sus más mínimos achaques. (...) Tan sólo alguna jerarquía militar o dignidad eclesiástica comparte en ocasiones las páginas a ellos reservadas, las páginas de ‘España’, donde se escribe la Historia. Un número bien limitado de nombres propios y de peripecias personales viene así a coincidir, paradójicamente, con la cosa pública. Ese restringido repertorio de nombres y peripecias es ‘España’ (o ‘Andalucía’ o...).Emmánuel Lizcano, 2006.
Aunque personalmente no lo haría, pitar a la monarquía y al nacionalismo español es de las reacciones más naturales e inofensivas que se pueden dar en una situación de clara desigualdad, verticalidad, centralización y subordinación políticas, habida cuenta de que a) es el castellano y no el catalán o el euskera el idioma históricamente privilegiado e impuesto en todo el Estado español (con el beneplácito de vascos tan célebres como el franquista Miguel de Unamuno), b) que es Madrid y no Barcelona o Bilbao la ciudad que domina en última instancia al resto de ciudades y comunidades de la península. De modo que no, no es lo mismo pitar al himno catalán, como he leído decir por ahí, pues siempre habrá más razones lógicas e históricas para pitar al himno español y a la manipulación institucional que le acompaña que a cualquier otro himno peninsular. Si los nacionalistas españoles o los nacionalistas norteamericanos no queman banderas catalanas o banderas indias no es porque sean más tolerantes y respetuosos, es porque ya no les hace falta para asegurar sus privilegios frente a las minorías nacionales. Todos los nacionalismos son malos, pero algunos lo son más que otros.