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Si hay algo central, que orienta mis pasos y me dice qué o quién sí y qué o quién no, es el despertar.
Hace tiempo, ya va siendo demasiado, que una vez y otra, me vuelvo a encontrar en el olvido y me revuelvo entre las sábanas de esta inopia compartida.
Pero suena el despertador y levanto el corazón y puedo mirar y acordarme. Y poner recordatorios para cuando vuelva a estar dormido. Porque sólo despertando se puede despertar.
Matrix es un despertador. Revela, aunque sea a la manera de Hollywood, muchas claves de este sueño y del compromiso que supone embarcarse en esta aventura del Trabajo Interior.
Pues el jueves la comenta Paco con unos cuantos en el Taller ¿Te das cuenta?
Ramón Ballester.