En el año 1988 el poeta holguinero Delfín Prats ganó el premio de la crítica con su poemario Para festejar el ascenso de Ícaro, y un amigo de aquella época que no quiere ver su nombre en mi blog, la noche de la premiación llevó a Delfín a mi casa. Momento de celebración y de alegría, pues el premio, venía a ser como la reivindicación de Delfín, homosexual y poeta en una ciudad de provincias. Pero aquello también fue una encerrona. En medio de los brindis, y luego de que me dedicara su libro recién premiado, le dije que le tenía un regalo, y puse en sus manos Lenguaje de Mudos, su poemario Premio David de poesía 1968. Delfín me miró, miró el libro y rompió a llorar. Era la primera vez que veía su libro impreso, pues aquel cuaderno de formato apaisado, no circuló, lo hicieron pulpa por incluir poemas de contenido homosexual.