La época victoriana fue un tiempo de grandes cambios sociales, de progresos industriales y de despertar científico. Muchas preguntas y muchas dudas las que se planteaban los victorianos y a las que buscaban respuestas de uno u otro modo. Algunas de estas respuestas las buscaban en la frenología. Recordé este asunto que traía a los victorianos de cabeza gracias a la relectura de Shirley, de Charlotte Brontë, para la tertulia del grupo de Facebook Los libros de Carmen y amig@s.
Son varias las ocasiones en las que la narradora de Shirley, la propia autora en este caso, hace mención a los órganos con los que cuenta o de los que carece tal o cual personaje en la descripción de sus caracteres y personalidades. Así, ya en el primer capítulo uno de los personajes, Helstone, dice a otro, Sweeting,
"Davy, thou hast an enormous organ of Wonder in thy cranium; Malone, you see, has none (...)"
para apenas unas páginas más adelante comentar de Mr. Yorke,
"Mr. Yorke, in the first place, was without the organ of Veneration"
por solo mencionar un par de ejemplos.
La frenología, que puede parecer una ridiculez a muchos de los lectores del siglo XXI, era vista entonces como una ciencia seria y los escritores, como vemos, recurrían a ellos como recurso realista en la caracterización de los personajes. Los seguidores de esta teoría dividían el cráneo en áreas- 26 para algunos, 43 para otros- a través de las que, una vez bien determinadas y analizados sus "órganos", podían explicarse el comportamiento humano. A las personas, pongamos como ejemplo, propensas a las peleas y discusiones se les llegó a encontrar un "órgano de combatividad". Se creía ciegamente que los recovecos y protuberancias del cráneo humano estaban directamente relacionados con la esperanza, el engaño, el ingenio,... El hecho de que no se pudiese demostrar esta relación y la forma del cráneo no disuadía a los estudios- muchos de ellos reputados y respetados científicos- para seguir creyendo en ello.
Este modo de interpretar la naturaleza humana que hacía la frenología produjo inevitablemente un profundo efecto en el desarrollo no solo de la medicina sino de la antropología y, como consecuencia, en la expansión del imperialismo. Así un frenólogo, al examinar dos cráneos de nativos americanos y compararlos con los de europeos, decía,
La obsesión de la frenología por el cráneo iba a ser heredada por los antropólogos de generaciones futuras. Muchos de estos antropólogos estaban influenciados por el libro de Charles Caldwill, Thoughts on the Unity of the Human Species, que aprobaba, a partir de la evidencia craneal, que los afroamericanos "are no more competent to live orderly, prosperously and happily, in a large and separate community, under a government of laws, prepared and administered by themseleves, than is a similar number of buffaloes or beaters"."The magnanimity displayed by the Indians in their endurance of torture is a well-known characteristic of these tribes (...)"
Uno de los más entusiastas discípulos de la frenología en el Londres victoriano fue el académico de medicina de la University College Hospital, John Elliotson, que además de una destacada figura dentro de la frenología llegaría a convertirse en uno de los más acérrimos defensores y estudiosos del mesmerismo, una práctica científica para aquellos que creían en sus poderes y una mera artimaña para sus numerosos detractores. La frenología como ciencia empezó a perder prestigio y credibilidad en torno a 1840 pero vio recuperado parte de su prestigio en la primera mitad del siglo XX.
¡Gracias por la visita!Fuente: The Victorians. A. N. Wilson. Folio Society. London, 2008
-o-0-o
YORKSHIRE
¡Gracias por compartir!