¿a Qué Edad Somos Capaces De Aprender A Programar?

La pregunta es simple, pero está llena de trampas… como casi todo en la vida. Si alguien tiene un número en mente, anótelo a un costado y siga leyendo.

Vamos a ver donde está la trampa: simple, en el significado de las palabras.

Podríamos entender por programar al acto de crear programas. Suena obvio y no explica mucho. Sigamos. Crear programas involucra al concepto de algoritmo. Esto me obliga a hacer un paréntesis para explicar qué es esto y volver más tarde sobre el tema. Sería como aquellas películas que comienzan con una escena y de repente dice algo así como “15 años atrás…” Odio cuando eso pasa, pero voy a usar el recurso.

Sin ser académicos, un algoritmo involucra una secuencia de acciones que completan una tarea. Una receta de cocina entonces podría ser un algoritmo, y por supuesto lo es.

Pero ¿desde cuándo usamos algoritmos? En la escuela cuando nos enseñan a sumar, a restar, cualquier operación requiere de una secuencia de acciones, o sea, un algoritmo. En lengua cuando nos enseñan a analizar oraciones, al buscar palabras en el diccionario (¿todavía hacen eso, o usan google?). La escuela está llena de algoritmos, y nunca nos dijeron. ¡Traición!

Pero la traición no comienza ahí, sino mucho antes. Nos enseñaron a cepillarnos los dientes correctamente, a atarnos los cordones, a vestirnos. ¿Acaso ahí no hay algoritmos?

En definitiva, la vida está llena de ellos, y los usamos para programarnos a nosotros mismos y de ese modo resolver una serie de problemas de la vida diaria.

Lo interesante, y ya volviendo al presente de la historia, es cuando no programamos para nosotros mismos, sino para que otro haga algo. Y cuando digo otro, puede ser una persona, una máquina, una computadora.

Cuando le explicamos a alguien como hacer una tarea, de alguna manera lo estamos programando. Le estamos transfiriendo un algoritmo, en un lenguaje que comprende, con el cuál va a poder resolver un nuevo problema que antes no sabía como resolver.

Ahora supongamos que tenemos un robot como el de la imagen que encabeza este post. Supongamos también que tiene un ojo que reconoce colores. El robot sabe hacer lo siguiente: cada vez que ve un color rojo, avanza 10 cm y cada vez que un color azul dobla a la derecha 90 grados. Tenemos dos tarjetas, una roja y una azul. ¿Cómo haríamos para que el robot dibuje un cuadrado de 10×10? (Espacio para pensar).

¿Ya está? Le mostraría las tarjetas en este orden (Siendo R la roja y A la azul): R, A, R, A, R, A, R, A

De este modo, con la secuencia RARARARA, logramos que el robot dibuje un cuadrado y vuelva a su lugar de origen, en la posición en que estaba.

Ahora vuelvo a preguntar: ¿A qué edad podemos aprender a programar? y sumo otra pregunta más: ¿porqué esperamos tanto?

Si pensamos que esto es impracticable en el aula, el robot puede ser una caja con un marcador pegado, manejada por uno de los chicos, otro le muestra las tarjetas y listo, sigue las instrucciones.

El pretoriano Seymour Papert, en 1968 creó el lenguaje de programación Logo, que involucraba conceptos algo más avanzados, pero también permitía construir programas de esta simpleza. El problema es que cuando ponemos una computadora delante de alguien y le decimos PROGRAMA! muy probablemente se paralice. Ahora si le ponemos un conejito de peluche con una fibra y jugamos con tarjetas de colores para que haga diferentes cosas, la cosa cambia. Podríamos reinventar la forma de enseñar las aburridas sumas o multiplicaciones y el análisis de oraciones usando recursos más entretenidos.

Corramos el velo, le saquemos el misterio. Vivimos rodeados de algoritmos, programamos todo el tiempo, solamente tenemos que hacerlo consciente, y que las nuevas generaciones disfruten la aventura de aprender.