Había una vez dos mercaderes de camellos que atravesaban el desierto, ya cansados de la travesía, acamparon para pasar la noche. Clavando estacas en el suelo para atar los camellos, se dieron cuenta de que les faltaba una estaca. - ¿Cómo atamos al último camello? -Le preguntó un mercader a otro.- Estos camellos son animales muy tontos. Haz los movimientos como para atar el camello y permanecerá quieto toda la noche. Eso hicieron, y el animal se quedó allí quieto, convencido de que estaba atado. A la mañana siguiente, al levantar campamento y prepararse para continuar el viaje, el primer mercader andaba quejándose de que todos los camellos lo seguían, excepto aquel, que no se movía.- Olvidaste desatarlo -dijo el otro mercader.
Realizó los movimientos como si lo destara, y el camello comenzó a caminar.
En demasiadas ocasiones, tenemos ansiedad debido a creencias sobre cosas o situaciones que en verdad no existen. Miedo a situaciones que realmente no son peligrosas. En otras ocasiones, nos quedamos "atados" a determinadas creencias...recuerdos... personas... cuando en verdad SOMOS LIBRES. Descubrir cuál era mi "estaca" me llevó tiempo. Cuando me di cuenta de que realmente era libre, me ayudó bastante a ir rebajando mi ansiedad. Y pude comenzar a caminar.