¿Os habéis planteado alguna vez a que huele el amor?
Para mí, el amor tiene un aroma dulce y floral (rosa o azahar), pero no demasiado, con algunos toques cítricos en las notas de salida para darle frescor (bergamota, mandarina, limón). También debe llevar algo de madera en el corazón (chipre o sándalo por ejemplo) y se le puede añadir un toque de especias en las notas de fondo (como el cardamomo o el jengibre). Sí, para mí el amor huele así.
San Valentín es una de las fechas claves para la venta de perfumes (igual que en Navidad y Reyes), además de las flores y los bombones. ¿Cuántos de vosotros tiene pensado regalarle un perfume a su persona amada? ¿Ya sabéis cuál regalarle? ¿En qué os fijáis a la hora de escoger un perfume?
Los expertos dicen que el olfato es el sentido que mejor activa la memoria y que nuestro cerebro puede almacenar y diferenciar hasta 10.000 olores. Cuando percibimos un aroma nuestra mente realiza una búsqueda automática en su “registro” para asociarlo a un recuerdo.
En las relaciones amorosas el olfato es culminante. Es el sentido que se encarga de recibir los olores, interpretarlos y procesarlos. Las partículas de aroma que se desprenden de los perfumes flotan hasta entrar en nuestra nariz, allí son “traducidas” por el sistema olfativo y transportadas por nuestras células y nervios hasta llegar al cerebro que no tarda en dar una rápida respuesta emocional.
Nos perfumamos porque el aroma es una de las principales armas de seducción. Por eso los perfumistas elaboran sus fragancias con notas atrayentes.
Los perfumes más vendidos son aquellos que seducen y ejercen de representantes de nuestra personalidad. Hay fragancias, como la de Polo Red, de Ralph Lauren que a avivan la pasión gracias a ingredientes específicamente afrodisiacos como el azafrán rojo, las maderas de cedro rojas o el pomelo rojo.
Para poner otro ejemplo, en el caso del perfume Loverdose de Diesel, los perfumistas utilizaron moléculas que estimulan el hipotálamo, la parte del cerebro responsable de la atracción y la lujuria, para crear una poderosa poción de amor.
Pero eso no es todo, junto a la fragancia, el diseño del envase juega un papel vital para reafirmar la intención seductora del perfume. Entre los más exitosos destacan los frascos tintados en tonos rojos o rosas y los de inconfundible gesto amoroso. (¿Alguna réplica a esta afirmación?)
En el caso de los más juveniles suele apostarse por la pasión más agresiva, o bien por la esencia más inocente e infantil. Entre los diseños más llamativos destaca un corazón traspasado por una daga y una granada a la que se le quita el seguro para que explote el gran amor.
Y en el caso contrario destacaríamos tiernas imágenes de caramelos, globos de colores pastel, lazos y muñecas infantiles.
Vistos en conjunto o por separado, algunos frascos de perfume alcanzan la categoría de obra de arte. Se trata de pequeñas joyas llenas de amor.
¿Y vosotros? ¿Cuál es vuestro perfume favorito? ¿Tenéis pensado regalar alguna fragancia a vuestra pareja o enamorado? ¿Cuál? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!Besos desde mi blog!!!