Cuando una aún no ha pasado por el paritorio le basta con coger una toalla para irse a pasar unas horas en la playa. Peeero, con un retoño ya en el familia, la cosa se complica. Se acabaron las tardes tranquilas sobre la arena leyendo un libro y las lumbares te gritan eso de “¡cómo cargues una cosa más el próximo día te dejamos tirada en la cama!“…manguitos, colchoneta, pala, cubo, toallas, merienda… Así pues, lo que antes podría ser una playa paradisíaca para ti ahora se puede convertir en el peor de tus lamentos. Si canviaron nuestros hábitos en casa y a la hora de elegir restaurante, ¿cómo no iba a cambiar también nuestras preferencias a la hora de elegir una playa?
A groso modo os podría clasificar tres tipos de playas:
Las urbanas: dícese de esas playas que estan en pleno casco urbano de una ciudad o pueblo. Si buscas comodidad, sin lugar a dudas éstas son tus playas. En ellas no busques un complejo sistema dunar en la retaguardia o el tener 20 metros cuadrados para extender tu toalla, pero encontrarás pequeños detalles que una vez vayas con el peque agradecerás, como duchas, lavapies, pasarenas, lavabos, chiringuitos, servicio de salvamento y socorrismo, …
Las semiurbanas: si no te va ni la carne ni el pescado, éstas son tus playas. Playas casi a tocar de la zona urbana, que suelen tener más o menos los mismos servicios que las playas urbanas, pero que igual no tienen detrás esos edificios armatostes que sombrean la playa a partir de las cuatro de la tarde.
Las naturales: vamos, aquellas playas que buscas tanto de soltera por su tranquilidad, pero que después, con el equipaje de un niño a cuestas, ya no ves tan bonito recorrer un largo sendero hasta llegar a su arena. En ellas no busques quitarte la sal en una ducha antes de irte a casa, ni papeleras, ni club infantil, pero si eres una amante de la tranquilidad y de lo natural y si odias la artificialización que han sufrido muchas de nuestras playas, sin lugar a dudas esta son tus playas.
En nuestro caso, que somos todos muy blanquitos, no muy amigos del Sol y nos gusta ir a la playa la justo para refrescarnos, a la hora de elegir la playa nos guiamos básicamente por estos parámetros: que esté cerca de casa, que se pueda aparcar cerca (cuanto más mejor) y que sea poco honda y con arena fina, así el Peque puede disfrutar más del baño y hacer castillos de arena. Para nosotros que haya duchas, pasarenas y demás servicios no nos es una prioridad, pero no negaremos que si los hay tampoco les hacemos el feo. Eso sí, huímos de las playas de turismo de borrachera y de aquellas marranotas (una lástima que de haberlas las haiga!).
Y tú, ¿a qué tipo de playas sueles ir? ¿has cambiado tus preferencias cuando tuviste a tu hijo? o ¿sigues yendo al mismo tipo de playas?