En los días de viento, desde hace más de un año, un extraño sonido resuena en varios barrios de San Francisco (EE.UU).
Algunos lo describen como el "canto de un monje budista". A otros, les recuerda a un "cuenco tibetano" o una "armónica". Para otros es un "zumbido insoportable".
Su aparición en junio de 2020 provocó un revuelo por toda la ciudad: decenas de personas se lanzaron a las calles tratando de buscar el origen y las propias autoridades de San Francisco no tenían una idea clara de donde venía aquel ruido.
Algunos, incluso, lo atribuyeron a las más disparatas teorías, desde ataques sónicos hasta mensajes de extraterrestres o del "más allá".
Lo que quedó claro con el tiempo es que se originaba en el famoso puente Golden Gate, que no es solo la estructura artificial más fotografiada de Estados Unidos y el puente más visitado del mundo, sino también uno de los lugares más recurrentes para el suicidio en el planeta.
Varios científicos comenzaron a estudiarlo en universidades de EE.UU. y Canadá, mientras el fenómeno seguía causando fascinación o irritación entre los residentes y visitantes.
Videos y grabaciones del sonido se han viralizado en las redes sociales en el último año y medio.
Un detalle que encontraron tras las mediciones iniciales fue que a menudo tenía una frecuencia de 440 hercios, un sonido similar al de la nota musical Do.
También notaron que se hacía más agudo cuando el viento soplaba más fuerte en dirección norte o sur.
Ahora, las autoridades no solo saben por qué se produce el zumbido, sino que también han presentado un plan para eliminarlo.
Según el proyecto aprobado este mes, costará casi medio millón de dólares hacer las reparaciones necesarias para reducir hasta un 75% el sonido, que se ha escuchado hasta a cinco kilómetros de distancia del puente.
Los trabajos comenzarán en el año nuevo y se estima que se alargarán durante gran parte de 2022.
Pero ¿a qué se debe?
Tras meses de estudio entre varias universidades y con algunos de los mejores expertos en aerodinámica y acústica de puentes del mundo, las autoridades a cargo del Golden Gate anunciaron que el sonido se debía al impacto del viento contra una barandilla nueva que habían instalado en la acera oeste.
Según explicaron, la estructura, más aerodinámica, fue agregada como parte de las remodelaciones que se implementaron en el puente y que estaban destinada a ayudarlo a soportar vientos de más de 160 kilómetros por hora.
La restauración, que costó US$12 millones, conllevó, entre otras cosas, la sustitución de los listones originales de la barandilla por otros más delgados.
Las autoridades indicaron entonces que la renovación se hacía ante el temor de que, producto del cambio climático, los vientos se hagan más fuertes en los próximos años y el Golden Gate corra el riesgo de tener el mismo final que el puente Tacoma Narrows, en Washington, que comenzó a oscilar violentamente con el viento y se derrumbó en 1940, poco después de construido.