De la inteligencia artificial a la interoperabilidad y la Internet de las Cosas, un relevamiento de E-Health Reporter entre ocho líderes de la región, identifica los desarrollos de mayor potencial y los desafíos para fortalecer el proceso de salud digital.
“La inteligencia artificial puede impulsar una medicina basada en la realidad”; “América Latina necesita integrarse y nivelar tanto conocimientos y capacidades como expectativas”; “hay que compatibilizar las mejoras de los procesos operacionales con herramientas que humanicen la atención”; “se requieren profesionales con nuevas habilidades y sistemas de información realmente interoperables, abiertos, flexibles y escalables”. Estas son solo algunas respuestas que ocho destacados referentes de la TI en salud dieron antes dos preguntas de E-Health Reporter: 1) ¿A qué tecnología en el área de salud digital habría que prestar atención durante 2019? 2) En función de lo que observa globalmente, ¿qué necesita la región para potenciar su proceso de salud digital? A continuación, un extracto de las principales declaraciones: Cristóbal Carvajal, médico cirujano, gerente de Informática Médica de Banmédica y encargado de la Unidad de Datos Clínicos de la Clínica Alemana de Santiago, Chile.
- La inteligencia artificial debe comenzar a consolidarse en nuestro quehacer diario. Un ejemplo es la estratificación de poblaciones según riesgo en base a datos tales como resultados de laboratorio, imágenes o diagnósticos, con la consecuente identificación de cohortes a intervenir de manera preventiva. Podría llamarse “medicina basada en la realidad” en lugar de medicina basada en la evidencia, que aplica sobre cohortes que no necesariamente comparten las mismas características de nuestra población.
- La principal necesidad de la región es formar nuevo talento en el área de la Informática Biomédica. En Chile, por caso, existe una brecha de 3500 profesionales. Es la base para poder generar un verdadero cambio de cultura acercando la informática biomédica al cuidado de nuestros pacientes y a la toma de decisiones estratégicas del negocio de la salud.
- Basado en el impacto en términos de agregado de valor a los pacientes, priorizaría: a) Inteligencia Artificial. Aunque todavía necesitar agregar datos e ir comprendiendo el lenguaje médico, observo grandes avances en el área diagnostica como soporte a la práctica médica. B) Telesalud y salud móvil. Con la disparidad en las tendencias de crecimiento de la población adulta y las enfermedades crónicas, de la mano de un déficit cada vez mayor de profesionales de la salud, la medicina remota y móvil viene a brindar una solución a este problema. Ambas aplicaciones aportan accesibilidad a los pacientes, practicidad bajo modelos estandarizados y seguros de atención. C) Centros de innovación.Si bien no es una tecnología en sí, resulta esencial generar estos espacios comunes en donde se puedan alinear los intereses de quienes los integren buscando objetivos mancomunados para beneficiar a nuestros pacientes y transformar un sistema de salud en crisis.
- Nuestra región tiene un gran potencial de desarrollo y excelentes profesionales. Pero necesita integrarse y nivelar tanto conocimientos y capacidades como expectativas. Para esto, será necesario un dialogo abierto, espacios de trabajo comunes, alianzas y trabajo en equipo. Si bien existen cuestiones técnicas para adoptar la digitalización en salud, el verdadero desafío es lograr el cambio cultural y de mindset (mentalidad) necesarios para transformar el sector.
- La Inteligencia Artificial (AI) parece estar acelerando su penetración en múltiples áreas. Aunque para aplicaciones más complejas, como identificación de patrones en pacientes registrados en historias clínicas electrónicas (por ejemplo, para participar en ensayos clínicos), seguramente haya que esperar algo más de tiempo. También prestaría atención al uso de la realidad aumentada, donde son posible aplicaciones nicho, y a la Internet de las Cosas, aunque me parece muy difícil predecir dónde va a aparecer la nueva killer app (aplicación asesina).
- América Latina enfrenta grandes desafíos, como el resto del mundo. Todo es dinámico, exponencial y en tiempo real. Por un lado, me preocupa la dificultad de los usuarios para distinguir la información de calidad de la de mala calidad, tendenciosa o maliciosa. Hacen falta educadores y curadores de la información, así como algún tipo de calificación (estilo Rotten Tomatoes o Trip Advisor) para orientar al público. Por otra parte, veo toda tecnología que facilite la práctica de la atención médica a distanciacomo extremadamente beneficiosa.
- Tenemos que hacer el esfuerzo para compatibilizar la continua y necesaria mejora a los procesos operacionales con entregar a los pacientes y médicos herramientas que humanicen la salud, es decir, que acerquen y faciliten las atenciones de salud. En este sentido, en 2019 vamos a lanzar aplicativos que faciliten la atención a domicilio especialmente a niños y adultos mayores; vamos a segmentar a los pacientes para que según su criticidad accedan de forma oportuna a exámenes de diagnóstico; y que, a través de nuestro ecosistema tecnológico, puedan comentar los resultados de forma remota con su médico tratante y así recibir de forma expedita la indicación.
- Nuestros recintos clínicos y nuestros médicos usan en forma efectiva entre el 50 y el 70% de su capacidad, lo que se agrava si consideramos la falta general de especialistas y el aumento de pacientes en listas de espera. Nuestra misión es, mediante el uso de las TICs, hacer que el paciente, el médico y los equipos clínicos puedan usar ese 30 a 50% de la capacidad disponible. Tenemos que introducir decididamente la gestión comercial de las prestaciones de salud para reunir al médico correcto con el paciente correcto. Esto va a aumentar la detección temprana de patologías, lo que va a mejorar las expectativas de solución y minimizar el costo del tratamiento.
- Por años hemos invertido mucho tiempo, recursos y capital en crear un sinnúmero de interfaces para poder interconectar los diversos sistemas dentro del ecosistema de salud. Actualmente, hay varias soluciones que rompen con las normas tradicionales de programación y facilitan la interoperabilidad real, flexible y sencilla entre sistemas. Pero tener acceso a los datos es solo uno de los temas medulares que debemos atender. Una vez que tenemos datos de calidad validados (clínicos, financieros, sociales, etc.), hay que poder agregarlos basados en el paciente para lograr visibilidad del expediente de manera longitudinal.
- Hay regiones o países enteros que dieron un salto dramático en su tecnología de telecomunicaciones con la llegada de las redes inalámbricas, porque no tenían que defender o mantener la infraestructura antigua instalada y tenían la libertad de brincar peldaños de una forma más ágil, De manera análoga, la industria de la salud latinoamericana tiene la posibilidad, la oportunidad y responsabilidad de considerar esta realidad en su ecosistema y aprovechar al máximo las tecnologías que les permita mejorar drásticamente los resultados clínicos de una forma rentable, medible y que involucre al paciente.
- Estamos viviendo un momento de la historia mundial de “revolución tecnológica” y las tecnologías disruptivas aparecen a cada momento. En el caso de la salud, tenemos registros electrónicos y también canales de comunicación con el paciente, por ejemplo, plataformas en las que el propio paciente puede interactuar y colocar informaciones. En paralelo, estamos discutiendo la interoperabilidad y los beneficios que puede traer la analítica de datos a la salud. Sin embargo, no podemos olvidar la cuestión sobre la privacidad de los datos y debemos tratar ese asunto con mucha atención.
- Necesitamos avanzar en los canales de comunicación con el paciente para acompañarlos más allá del proceso de internación en el hospital. Solo conseguiremos analizar los resultados de los tratamientos y el seguimiento posterior al alta a través de la tecnología. También precisamos avanzar en la gobernanza de los datos y en la interoperabilidad para extraer valor de los datos y contribuir a la predicción de la salud poblacional.
- En mi opinión, deberíamos prestar atención a las tecnologías disruptivas que puedan acelerar la implementación de un sistema digital de cuidado de la salud integrado: la telemedicina, la Internet de las Cosas, plataformas de salud poblacional, técnicas de análisis de datos estructurados y no estructurados, que agreguen la información de varias fuentes además de las historias clínicas (como datos demográficos, sociales, genéticos, de redes sociales y de tecnologías vestibles) para la implementación de cuidados personalizados y de la medicina de precisión. También, hay que mirar la inteligencia artificial en bots y sistemas de autocuidados, así como el aprendizaje automático (machine learning) para el sistema de salud. Finalmente, hay que atender a aquellas tecnologías que garantizan el acceso con privacidad y control de la información por parte del paciente en un sistema altamente distribuido, como los blockchain.
- La región, principalmente los gobiernos, tiene que abrazar la cuarta Revolución Industrial. Esto requiere compartir el conocimiento e implantar una plataforma económica que una a todos los actores, promueva la colaboración, sustente los cambios y promueva una constante innovación. Esa plataforma debe tener una infraestructura compartida, orientada a los datos y compuesta por modelos de información, de conocimiento, con servicios estandarizados para que las informaciones importantes puedan ser compartidas y reutilizadas. De esta forma, se promueve la colaboración entre todos los actores involucrados en el cuidado de la salud y se viabiliza el intercambio de información en escala regional y global. En síntesis: América Latina requiere de profesionales con nuevas habilidades y sistemas de información realmente interoperables, abiertos, flexibles y escalables. La gestión de cambios y de mentalidades desempeñan un lugar central en este escenario, para que los seres analógicos pasen a pensar digitalmente.
- No hay en salud una oportunidad más grande de ganar eficiencia y resultados que a través de la interoperabilidad, que posibilita el intercambio de informaciones clínicas entre distintos sistemas de los diferentes servicios de salud por los cuales circula el paciente. Está soportada por cuatro pilares tecnológicos: el MPI (Master Patient Index) que permite asegurar la unicidad del paciente mediante algoritmos; la gestión de terminología, que permite comparar e interpretar datos clínicos normalizados originarios de sistemas con patrones terminológicos distintos o propios; el almacenamiento de los datos bajo un protocolo único (en especial, FHIR de HL7); y la visualización inteligente y customizada de los datos.
- Es importante observarnos unos a los otros: qué hacen en Chile, qué pasa en Bogotá, qué sucede afuera de la región. Me parece que entrar en un proyecto de interoperabilidad en 2019 sin considerar el FHIR va a tener costos altos en el futuro próximo. Necesitamos mirar a Europa, Australia y otros países más avanzados en salud digital y aprender con ellos para acortar las distancias.