Gracias a todos por vuestro interés. Estoy bien. Pensé que siendo un chico duro; qué duro, recio del norte lo tendría fácil. La realidad es que no es nada sencillo prescindir de las tecnologías de la comunicación. Siempre surge alguna justificación o algún imponderable que hace que fijemos nuestra vista en ellas. El ejercicio ha sido interesante. En realidad ni son tan imprescindibles como nos creemos, ni aportan tanto como podemos llegar a pensar. Me entenderéis bien si os digo que estoy convencido de que sólo tengo un puñado de lectores. En efecto: los mismos que gracias a vuestros comentarios ya os conocéis. Y es algo que puedo afirmar, porque tanto escriba como si no, durante este tiempo siempre ha sido parecido el número de entradas en la bitácora.
Es cierto también que las tecnologías de la comunicación quitan tiempo. En ocasiones pensamos que el que nos permitan realizar varias tareas simultaneamente es garantía de eficacia. Pues me temo, y lo he comprobado durante estos días, que en realidad es una invitación a cometer errores. Tampoco estoy muy convencido de que gracias a ellas se establezcan más relaciones sociales de calidad. Quizás puedan ser más espontáneas o atrevidas porque el anonimato siempre preserva la intimidad. Pero, no. La carga afectiva siempre puede ser engañosa precisamente por carecer de la cercanía visual y el contacto físico.
Por otra parte, tengo la certeza de que la realidad, la nuestra, la de nuestro vivir, está más pegada a lo cotidiano y a las relaciones de amistad con quienes nos rodean que con lo que nos pueda aportar internet. Entonces…¿por qué no cuidar más éstas cediendo parte del tiempo que otorgamos a las segundas?
Durante este tiempo he logrado hacer tres cosas impensables con anterioridad. He sido capaz de ir casi todos los días andando al trabajo (una hora ir y otra volver), he leido un libro por semana y he ido tres veces a visitar a un amigo enfermo hospitalizado a más de 100 kms de mi vivienda. Por cierto prescindí del GPS y siempre encontré a una persona amable que me supo orientar. Sin embargo estas experiencias, simples y banales me supieron como al pan de pueblo cocido en horno de leña.
Os agradezco a todos vuestra atención y cariño. Prometo visitar, como hasta ahora, vuestras bitácoras (la tuya también Rcalber. Quien sabe). Pero debéis entender que este blog va a ralentizar su actividad. En el ámbito laboral también voy a modificar conductas. Por ejemplo: se terminó contestar a todas las llamadas. Mi tiempo también es importante y el que va a elegir cuándo y cómo se da respuesta seré yo cuando estime oportuno. Se terminó realizar varias tareas a la vez (por ejemplo: hablar por teléfono y atender el ordenador). Cada cosa requiere su espacio y su tiempo y el dueño de ello es el menda.
En el ámbito privado entiendo que el ordenador no puede hacer de mi un individuo ausente en mi propia casa y he de entender que es más importante un paseo sólo (conmigo mismo, que ya es bastante) o tomar unos vinos con unos conocidos (que quizás lleguen a ser amigos) que darle a la tecla de tanto teclado informático.