Durante el verano de 2010 fui contactado por una empresa de marketing de larga trayectoria y cierta reputación, solicitando mi “ayuda” en cierto proyecto que les había solicitado un cliente bastante relevante en España. Dicha empresa, había servido como proveedor a este cliente durante años, pero ahora el cliente estaba pidiendo “algo” que no había pedido nunca: “Social Media”.
La empresa me ofreció entrar en el proyecto “sin mi marca” alegando que deseaban seguir prestando servicio a su cliente “como siempre”. Yo accedí, pues vi una buena oportunidad para afianzar los servicios que prestaba en ese entonces; así que preparé una estrategia de Social Media muy elaborada e integrada en el plan de marketing que habían hecho, y luego formé a las dos personas de marketing tradicional de esa empresa que estaban a cargo de la cuenta del cliente, de forma que tuviesen la suficiente argumentación 2.0 durante la presentación, a la que no fui invitado a participar “por razones de imagen”.
Finalmente no fuimos elegidos para el proyecto, y se lo terminó llevando otra empresa (también conocida). La pareja de marketing tradicional ni siquiera me llamó para decírmelo, y me enteré de forma casual dos meses después, cuando me los encontré a ambos en una feria en Madrid; pura coincidencia. La verdad, es que no tardé mucho en olvidarme de ello.
A principios de este año, cuando ya daba el episodio como olvidado y cerrado; estaba reunido y charlando con un grupo de profesionales del sector en uno de los institutos en los que doy clases, cuando me presentaron a un señor que resultó ser el cliente del proyecto en el que me había involucrado siete meses antes. _”vaya que casualidad” (pensé), así que no desaproveché la oportunidad y le comenté lo que me había sucedido, terminando mi relato con una pregunta: ¿qué parte de la propuesta no les gustó…por qué perdimos?
Su respuesta fue tan sencilla como aplastante… esto fue más o menos lo que me dijo:
¡Se notaba que no tenían ni idea de lo que estaban hablando, ni del funcionamiento de las redes sociales que me estaban proponiendo en el plan! …ya habíamos escuchado una primera propuesta de otra empresa, así que al escuchar la suya, notamos la diferencia… los desestimamos en la primera vuelta.
Fue así como una empresa reconocida, perdió de la noche a la mañana a un cliente. Pero… ¿Lo hubiesen perdido si me hubieran incluido en la presentación? Estoy seguro de que nunca encontraré respuesta a esta pregunta.
Afrontemos la realidad, la demanda de Community Managers está en pleno aumento y la de consultoría en Social Media lo está aún más. Todos quieren un plan de Social Media y todos quieren tener presencia en redes sociales.
La mala noticia es que no hay suficientes profesionales preparados para responder a tal demanda, así que las empresas de marketing tradicional está haciendo grandes esfuerzos para adaptarse, pero les está resultando cuesta arriba.
Dentro de la misma dinámica, y aprovechando la ignorancia general que existe sobre el tema; no dejan de florecer “agencias desconocidas” de todos los tamaños ofreciendo servicios de Social Media, así como empresas conocidas que en 2010 no proveían de estos servicios. Es curioso, pero de pronto “todo el mundo” sabe diseñar una estrategia en medios sociales, y más curioso aún es intentar dar respuesta a la pregunta: ¿cómo consiguieron los conocimientos y la experiencia para hacerlo? Sabiendo que se trata de algo tan nuevo.
Pensando en las empresas que tienen la incertidumbre de no saber a quién contratar para que les asesore con las nuevas tecnologías, o las que tienes dudas de a quién otorgarle la responsabilidad de diseñarles un plan de Social Media. He preparado un listado con algunos indicadores, que de cumplirse, les podrían decir cuando NO están tratando con profesionales experimentados (en este medio, la palabra experiencia empieza a tener sentido a los dos años) y que posiblemente han dado con un grupo de simples aficionados al Social Media que intentan ser profesionales, y puede que algún día lo consigan, pero por ahora, cualquiera que los contarte, corre con el riesgo de invertir “en algo” con muchas probabilidades de salir mal.
Aspectos que podrían indicar que estamos tratando con las personas equivocadas:
- No poseen experiencias previas de integración/implementación de estrategias de Social Media.
- Sólo han hecho propuestas, pero no han ganado ninguna. (pregunta si tienen clientes que lleven más de seis meses con ellos)
- No se han mirado tu web, o dicen que es algo secundario.
- Su primer paso consiste en crear un grupo o un concurso en Facebook.
- Piensan que Alexa es una persona.
- No saben cómo está estructurada ni cómo funciona una empresa multinacional, lo que no les permite integrar un plan dentro de sus estrategias globales.
- No presentan una situación actual de tu empresa en medios sociales el día del primer encuentro, ya sea de presencia y/o de reputación digital.
- No ofrecen formación ni gestión de conocimiento.
- Cuando les hablas de “escuchar conversaciones” se te quedan mirando como si hubieses hablado en otro idioma.
- Sólo hablan de integrar la estrategia en “marketing”, o piensan que sólo se puede desarrollar allí.
- Garantizan y aseguran buenos resultados desde el principio.
- Sólo hablan de redes sociales, nunca de otros aspectos.
- No saben lo que es un “protocolo”.
- Utilizan la palabra la palabra “experto” de forma continua.
Reflexión: Lamentablemente no existen todavía suficientes empresas con la capacidad de diseñar y desarrollar estrategias de social media de forma profesional, estamos en un proceso de aprendizaje y de adaptación; no obstante, mientras esperamos a que la demanda de social media se equipare a la oferta, es recomendable preguntarse si es mejor no tener nada que tener “algo” que pueda presentar riesgos para la buena imagen de la empresa; pues es eso lo que precisamente está en juego. ¿alguien se arriesga?
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