Revista Infancia

A quien quieres más?

Por Janeth
A quien quieres más?

Una de las típicas preguntas que empiezan los “sabios adultos” hacer a los niños cuando estos interactúan más a nivel social (mi nena vaya que interactúa sin necesidad del cole……. Ya la primera vez se la hizo un tío, ella sólo se encogió de hombros y yo a veces estoy cansada de corregir conductas que no se deberían dar ni por equivocación, porque sólo repetimos los “jueguitos” que nos hacían de niños o que escuchamos por allí, de hecho yo misma me recuerdo haciendo esta pregunta a un sobrino, porque por supuesto era lo aprendido y ni siquiera era "adulto" aún.

Los niños no deberían ser blanco de estos ”juegos”, porque si llegan a entender la pregunta les ponemos a pensar en vano sobre el amor que le tiene a quienes le rodean, porque les metemos en el saco “de la competencia” desde ya y sin ninguna necesidad, y créanme que no exagero el decir que “esos juegos no son juegos”, los niños son seres puros, inocentes y carentes de maldad, ellos aman porque sale de su corazón amar, no es algo que podamos imponer o enseñar. El amor al igual que los niños es un sentimiento libre y no debemos permitir que sea sometido a medida y peso (debí decirle algo a mi hermano……..), porque no se puede pesar ni medir y menos someterlo a competencia con la pregunta en cuestión. La infancia aprende de los adultos y la primera no deber ser sometida a escrutinio y los segundos debemos velar por ellos, cuidarlos, protegerlos, velar por su integridad física y emocional, independientemente de nuestras carencias emocionales (porque amar a un niño nos sana emocionalmente), porque si nos ponemos la mano en el corazón, si buscamos realmente la verdad, encontraremos recursos más válidos para comunicarnos con los pequeños, para entrar a su mundo y compartir juegos y risas. No hace falta escudarnos en las burlas, las mentiras ni los remedos, típicas maneras de “comunicación” que suelen tener los “adultos” con los niños, simplemente podemos dejar fluir nuestro niño y ser respetuosos con el pequeño que está frente a nosotros, porque su manera de querernos es bella, cálida y transparente, por lo tanto si no quiere darnos el beso o abrazo pedido no nos molestemos con él y por amor a ese niño intentemos comprender y respetar su decisión, porque a nosotros mismos nos molesta cuando no queremos ser "socialmente correcto", pero nuestra "investidura adulta" nos obliga a serlo.

Los niños adivinan qué personas los aman. Es un don natural que con el tiempo se pierde. Charles Paul de Kock



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LOS COMENTARIOS (1)

Por  Floresenjunio
publicado el 29 julio a las 06:20
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Muy buen articulo, opino igual ante la nefasta pregunta de a quien queres mas? Hoy mi suegra le pregunto a mi hija de un año, si la habia dejado de querer porque habia llegado su papa... (es decir la retorcida pregunta indicaba que como habia llegado su papa, entonces no queria mas a su abuela). A lo cual rapidamente añadi... Violeta decile a la abuela que no diga pavadas, que nadie deja de querer a nadie... La verdad que me indigno esa pregunta horrible de la cual mi hija podria sacar conclusiones erroneas, como por ej que un dia la podemos dejar de querer a ella... me quede enojadisima... y como si fuera poco al llegar a casa mi marido me regaño por haber sido muy dura con su mama diciendole que no diga pavadas,...