Título completo: Historia del futuro según Glory O’Brien
Título original: Glory O’Brien History of the Future
Idioma original: Inglés
Año: 2014
Editorial: Puck (2016)
Traducción: Camila Batlles Vinn
Género: Narrativa juvenil
Valoración: Recomendable
Glory O’Brien es una adolescente más, a punto de graduarse. Con la excepción de que su madre se suicidó cuando ella tenía cuatro años, que su mejor amiga vive en una comuna y que cuando ellas dos se beben un murciélago petrificado, son capaces de ver el futuro y el pasado de una persona al contemplarla. Lo que Glory ve no es especialmente agradable y, por si esto fuera poco, no parece que sea capaz de encontrar su propia transmisión de futuro. De esta premisa parte Historia del futuro según Glory O’Brien, una novela juvenil bastante interesante.
Hacía más de un año que no leía una novela juvenil actual. Detesto las obras enmarcadas en este target, no me atraen los temas habituales y terminé por cansarme tras varios años leyendo casi solo libros de este estilo. Sin embargo, este título me atraía bastante (sobre todo tras leer las primeras páginas, interesantísimas) y tras la lectura, no me arrepiento de haberlo elegido. La novela tiene dos focalizaciones: el suicidio de la madre y todo lo que esto conlleva en la vida de Glory, y las escenas que vislumbra del futuro. La construcción de la protagonista es lo más interesante. Se plantea a sí misma el debate de si seguirá los pasos de su madre, de si será capaz de continuar en el mundo, todavía más cuando comienza a ver futuros y el suyo no parece existir. Es un personaje tan atractivo que bastaría de por sí para mantener una novela a flote, aunque esta tenga más aspectos positivos. Es interesante ir empapándose de su vida, de su forma de ver el mundo siempre desde el cuarto oscuro (de las fotografías…) que lleva dentro, de sus costumbres, de los mensajes indirectos que su madre le lanzó a través de sus objetos, de su (mi favorita) forma de referirse a la tórtola que oye cada mañana en su ventana. “(La tórtola) que fingía que su canto era un lamento”. Ella lo sabe, pues ha oído muchos lamentos y no suenan así.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de la narración del futuro. Glory anota en un cuaderno todo lo que va viendo y está relacionado con una futura guerra, y es esto lo que nos ayuda a ver de verdad la selección de elementos que hace la autora a la hora de describir un texto. El futuro que presenta es desalentador, es terrorífico (¿hay algún futuro posible que no lo sea?), y a grandes rasgos no difiere mucho de lo que se estila en las distopías juveniles, pero es la forma de contarlo la que lo hace interesante y especial en un mundo de clones. Unos Estados Unidos futuristas en los que la población sufre bajo el yugo de alguien/algo que al lector le horroriza y una protagonista mesiánica ya no tienen demasiado atractivo (léanse Los juegos del hambre, Divergente, Juntos, Delirium, La quinta ola, La era de huesos, Electro, Los feos… lo siento, pero el esqueleto es el mismo, mismo perro con distinto collar -no estoy hablando de calidades-). El esquema es ya monótono y no tiene gran cosa que ofrecer. Pero es esto, con algunos cambios, lo que plantea Glory O’Brien, con una perspectiva diferente. Aquí no hay luchadoras. Aquí no hay batallas lideradas por niñas muertas de hambre o adolescentes caprichosas. Aquí hay alguien anotando lo que pasará y aterrorizada ante la perspectiva de que el futuro no es tan bonito como se imaginaba.
Hay dos cosas que no han terminado de gustarme. La primera, el feminismo absurdo que presenta la obra. A. S. King recuerda de vez en cuando que la protagonista (y su padre) son feministas y suelta alguna proclama en un diálogo que, por lo general, carece de inclusión en el resto de la novela (aunque es cierto que los diálogos de Glory con su mejor amiga no son precisamente el punto fuerte del libro). Cosas como ‘¡no deberíamos dejar de hacer X o ser Y porque a los chicos no les guste, ellos no eliminan actitudes porque a nosotras no nos guste!’ (no es una cita textual). ¿Es posible que se haya querido adherir a una corriente literaria juvenil actual? No tengo ni idea, no sé lo que se lleva. El caso es que es incoherente en el personaje que diga eso y luego diga de su tía en tono despectivo que “seguía mostrando el canalillo entre sus tetas siliconadas”. A mí me da lo mismo que un personaje sea feminista o no, pero que lo sea de forma consecuente, no cuando la autora considera que viene bien enseñar a las lectoras cómo no discriminar. Es ridículo.
Por otro lado, el libro pega un bajón importante hacia el final. Tras presentar al lector un personaje interesante, su historia y el conflicto, se queda ahí. Y no me refiero a que no haya acción, sino a que la cadencia tan agradable de lectura que tenía en su primera mitad se convierte en algo anodino, las páginas van pasando, carece de interés narrativo. Los conflictos no se multiplican, más bien terminan demasiado pronto para el bien del libro: llega un punto en el que queda claro cuál es el mensaje que Darla, madre, causa y final de Glory, quiere dejar. Pero la autora sigue alargando este clímax con la excusa de la historia del futuro. Es decir, que aunque es una novela que en su mayor parte entretiene porque el futuro es lo suficientemente interesante como para sostener una mínima atención, la parte más trascendente y vital, el conflicto que trata de seguir o no con vida, se soluciona demasiado pronto, dejando una gran parte vacía de significado. Aunque las dos partes de la obra son igual de interesantes, sin una de ellas el libro pierde gran parte de su todo final.
En definitiva, Historia del futuro según Glory O’Brien me parece una buena novela, desde luego de calidad muy superior a mucho de lo que leí de literatura juvenil en mis tiempos, bastante recomendable, que sorprende mucho en cuanto a tono y forma. Si sois lectores habituales de literatura juvenil os la recomiendo sin dudar; si no, es un libro lo suficientemente bueno como para no pasar desapercibido.
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