Tumbada
en la oscuridad, trataba de conciliar el sueño sin éxito, pues parecía
ser que Morfeo también había decidido escaparse de su vida.
En el silencio de aquella habitación, inventaba razones para quedarse mientras solo encontraba motivos por los que huir. Y sin embargo, esperaba con ansia su regreso y el correspondiente beso con el que él siempre la premiaba por fingir que nada había cambiado; a pesar de ser conocedora de que sus besos hacía tiempo que ya no le pertenecían.
