Revista Cultura y Ocio
A Scanner darkly es un homenaje en técnica Novela gráfica a uno de los mejores escritores de ciencia ficción. philiph K. Dick. Si Blade runner es una de las mejores películas adaptadas del escritor, Scanner Darkly se convierte en el mejor montaje de animación. Richard Linklater hace lo mismo que hizo en "Waking Life", su trabajo me parece uno de los mejores productos de innovación ante los viejos recursos con que cuenta ya el cine. En la película veremos a un Keanu Reeves, a un Robert Downey Jr., a un Woody Harrelson, a una Winona Ryder, y a un Rory Cochrane, haciendo sendas actuaciones de personajes drogadictos. No sólo es un filme que escudriña en el centro de los oscuros túneles de las drogas sino que nos lleva a un viaje degenerativo donde los sentimientos y muchas veces los principios de la humanidad se ven vulnerables ante los inescrupulosos intereses del poder.
La historia es básica: alguien ha creado una nueva droga capaz de matar por síndrome de abstinencia, unos policías se infiltran, buscan la droga, se hacen adictos, al final, nadie sabe en quién confiar, paranoia, complots y remordimiento. La trama se condensa tras trajes futurístas camaleónicos y diálogos psicóticos que van demostrando el cinismo, el olvido y la perdida de humanidad.
A decir verdad, la película engancha sobre todo por el mecanismo argumental más que por la técnica que no deja de ser formidable. Pero hay algo más allá que nos deja este filme y es el sinsabor de esa mano invisible de la que todos sospechamos y que al final de cuentas siempre de alguna manera irreversible se sale con la suya. En esta película el hombre que revela es velado, la revelación a veces ciega hasta matar, ese es el fin, esa es la clave.