
Cuando nos enamoramos, nos sentimos emocionados, contentos y llenitos de esperanza. Nuestro estado es de tanta alegría y satisfacción que aunque nos rodee lo peor del mundo le encontraremos una solución y asomará a nuestra cara una bella sonrisa que hará que confiemos en que así será.
Pero ¿Qué pasa cuando el problema que tenemos lo tenemos metido en casa, en nuestra cama? ¿Qué pasa cuando el problema es que ya no reconocemos a nuestra pareja? Cuando la mirada que brindábamos a nuestro amor, de admiración, respeto y deseo, se vuelve en rechazo y sobretodo en MIEDO.
Muchas veces (las más) los ignorantes que vivimos desde fuera el horrible suceso de los malos tratos, nos preguntamos ¿porque sigue con él?- ¡¡ Yo ya me había ido!! .
Pero a la misma vez no nos preguntamos a nosotros mismos ¿Cómo hemos podido admirar a ese vecino que se nos muestra tan amable y correcto? ¿Como es posible que haya sido capaz de matar a su pareja?
Es muy difícil entender desde fuera porque una mujer sigue con su maltratador.
Tenemos que tener en cuenta que a esa mujer se la ha ido anulando, su cabeza está solo preparada para tratar de no molestar a su pareja para evitar lo inevitable, las discusiones, las palizas después.
Cuando llega el primer insulto, llegan las primeras lagrimas y con ellas el primer perdón, ¿porque perdona? Pues porque por raro que nos parezca ella ama a su marido, ella no se cuestiona en ningún momento que sea una falta de respeto, solo que es un momento en el que le ha pillado mal... ¡es su pareja! ¿Como le va a faltar al respeto su pareja? Pero el primer insulto, da paso a otras tantas veces y otros tantos insultos, en la mayoría de las veces, a la vez que ella se ve menos preciada, el se siente con más poder, entrando en un circulo donde no solo la insultará la humillará y la hará creer que no es nadie, que no vale nada, dejándola muy claro que ella es solo suya, que es SU MUJER que no quiere que se luzca delante de los demás, cosa esta que jamás se produce. Pero él continua con su historia y cada vez siente que el poder de él es más grande con respecto a ella, haciendo uso de ello creando discusiones sin sentido por cualquier cosa sin importancia, llegando a un punto donde cualquier cosa que ella haga, será motivo de discusión, para hacer ver que él y solo él es el poder, la fuerza y la ley en la casa y sobretodo para todos los que en ella viven incluidos los hijos si existen.
No estoy hablando de unas condiciones de igualdad de autoestima, en unas condiciones normales, cada uno se defenderá del otro, pero en el caso de los malos tratos a medida que la mujer va perdiendo la autoestima el hombre la aumenta. Es como si la energía, la fuerza, carácter y personalidad de ella se trasmitieran a él, haciéndole así dueño y señor de ella.
Cuando llega la primera bofetada, patada o cualquier otro tipo de agresión física el MIEDO que existía en la mujer ya ahora es doble, haciendo que si antes no decía en su defensa ahora ruega y pide por favor que pare...
En todo este tiempo y no es poco tiempo- así podemos verlo en la mayoría de los casos, son años de vivir esta situación- en este tiempo decía, la idea de CULPABILIDAD se afianza en la mujer, llegando a creerse merecedora de tales hechos. Quizás esto sea uno de los motivos por lo que la mujer se siente tan avergonzada de ser tratada como lo es por su pareja haciendo que oculte a toda costa su situación al resto de las personas de su entorno, siendo impensable pedir ayuda a nadie, disculpando además tales hechos diciendo que se ha escurrido o se ha caído por las escaleras ante las huellas de una paliza.
Solo el peligro que puede ver en un momento determinado hacia sus hijos o el ingreso en algún hospital sea motivo de alejarse del maltratador, siendo otras personas las que hagan intervenir a la policía mediante denuncia por lesiones, abriendo así una investigación.
Para los que vemos desde fuera estos episodios nos asombraríamos de la cantidad de veces que se consigue que en el momento la mujer ponga denuncia y ante el extremos MIEDO y las interminables " no volverá a suceder" por parte de su pareja, retire la denuncia, dando paso a así a tener que volver de nuevo a la misma situación.
Por eso es muy IMPORTANTE que la sociedad en su conjunto prestemos ayuda a estas mujeres que no hacen más que lo normal en su estado, y denunciemos en su lugar, tratemos de ponernos en su lugar cuando nos ruegue que no lo hagamos, llorando y diciéndonos de todo lo que nos podamos imaginar " que no somos nadie para intervenir en su vida, etc.," esa fuerza que ejercerá ante nosotros para evitar una denuncia es completamente incapaz de ejercerla frente a su agresor, pero eso es lo normal.
Ayudemos a parar esta barbarie, pero sin juzgar a la victima, ella solo hace lo que puede hacer.....
ya son 60 las mujeres muertas por la violencia de género.
