A Soledad, cuando aún está fresca su sangre en el ara del sacrificio al dios fascista, enemigo de la libertad de expresión
Una de las primeras veces que mostré públicamente mi radical disconformidad con ese engendro que es SacoBaco, me dirigí a él con un atrevimiento que en su tugurio resultó reallmente inconcebible utilizando la famosísima requisitoria “de profundis clamavit ad Te, Domine”, que hoy no he tenido más remedio que recordar por el patetismo implícito en esa desgarradora súplica que era la invocación que Soledad le hacía para que baneara a MB y que, como es lógico, tratándose de SacoBaco, ha producido precisamente el efecto contrario: la baneada, la anatematizada ha sido ella, de la que han llegado a borrar ¡EN AQUEL BLOG!, algunos de su patéticos comentarios.
Estoy hablando, muy conscientemente, de patetismo que es la suprema categoría a la que puede llegar la condición humana en la más profunda de las desgracias: hay que estar muy desesperada, insuperablemente desesperada para atreverse a pedirle justicia a un ser esencialmente injusto como es SacoBaco.
Soledad era una de las más significadas constituyentes de la Sección Femenina de aquel reducto fascista que es el blog de Saco.Tan significada e intocable era que, cuando yo, respondiendo a un ataque virulento de ella, provoqué que se marchara de allí con la promesa de no volver nunca más, todo el blog, como una sola persona, se puso a su lado y le rogó de mil maneras que volviera, lo que se consiguió no sin cierto trabajo.
Soledad representa todo lo contrario de lo que yo soy, ella aborrece todo lo que yo defiendo, creo que no existe por estos lares informáticos 2 personas que se hallen en más completo desacuerdo.
Pero yo entonces escribí más o menos que le suplicaba de rodillas que volviera y que no sería feliz mientras no lo hiciera. Y no sería por eso, pero Soledad volvió, y, desde entonces, a pesar de que ella, todos los días, atacaba ferozmente, con una ferocidad sin límites, insuperable, aquello que es el norte de mi vida, el comunismo, nunca, nunca, nunca, me dirigí a ella para nada a fin de evitar que se marchara otra vez y quedara reducida al silencio porque yo sí que soy un auténtico demócrata fidelísimo partidario de esa máxima ejemplar que reza: aborrezco lo que usted dice pero daría mi vida para que usted pudiera seguir diciéndolo.
TODO LO CONTRARIO DE LO QUE PROPUGNA SACOBACO, COMO BUEN FASCISTA, NO ES SÓLO QUE DISFRUTA COMO LO QUE ES, UN ENANO, CORTÁNDOLE LA LENGUA, O SEA, PRIVÁNDOLES DE SU DERECHO A LA EXPRESIÓN A TODO AQUEL QUE NO HACE LO QUE ÉL QUIERE SINO QUE, ADEMÁS, SIENTE UN PLACER ORGÁSMICO, COMO DIRIA TT, SU MENGELE PARTICULAR, EN YUGULAR LA VOZ DE SUS DISIDENTES, NO HAY SINO LEER LA FRUICIÓN CON LA QUE ANUNCIA QUE VA A DEJAR MUDO A CUALQUIERA, ES EL SADISMO IMPLÍCITO EN TODA IDEOLOGÍA FASCISTA QUE SUEÑA CON LA POSIBILIDAD DE UN MUNDO EN EL QUE SÓLO SE OIGA SU VOZ Y LA DE LOS SUYOS ADORÁNDOLE.
Ahora, no habrá ni una sola voz rogándole a Soledad que vuelva, porque era realmente un clamor el que recorría todo el blog en su contra y yo, el que parece único demócrata que por allí andaba, ya no estoy allí, en cualquier caso, le ofrezco mi modestísimo blog para que venga por aquí a decir lo que quiera, que nunca será censurada porque yo sí que respeto la libertad de expresión cuando ésta no se utilice para cometer delitos o agredir gratuitamente el derecho al honor o a la propia imagen de cualquier ciudadano.