Revista Espiritualidad

A ti mi querido amigo y a los que nos leen...

Por Zidika

Hay algunas cosas en nuestra vida que, de alguna forma, son reflejo de nuestro Ser Divino. Tal vez no lo vemos tal y como es, pues siempre es mayor que lo que percibimos. Pero hay algunas formas de vivir, de ser, de estar y de querer,… Y la amistad es una de ellas.

A TI MI QUERIDO AMIGO Y A LOS QUE NOS LEEN...Me alegro de tener gente cercana. Vidas que se cruzan con la mía. Rutas que hemos recorrido juntos (al menos por un tiempo), por senderos que a veces se separan y luego se entrecruzan de nuevo.  
Me siento afortunada por que hay nombres que forman parte de mi vida, no como un apunte en una agenda, sino como una historia compartida.  
Hoy sé que no se puede mitificar la amistad, que a veces es sublime y a veces horrible (o ambas). Sé que no te libra de las batallas (a veces las provoca), y casi siempre se construye desde lo más cotidiano. 
La amistad, no te libra de momentos de soledad. Pero es importante darte cuenta de quiénes son “tus gentes.” 
Es tan sencillo como eso. Solos no podemos salir adelante. En los momentos de alegría hace falta alguien con quien compartirla. Y en los de tristeza alguien para acompañar la desazón. Gente con quien poder reírse y sentirse en Paz. En quienes confiar y a quienes poder acudir sin necesidad de inventar excusas.
Tampoco podemos mitificar la amistad (como lo hace uno cuando es adolescente). Mis amigos también tienen sus manías -como yo las mías-. Les quiero tal y como son. Sé que podemos discutir, pero al final los vínculos siguen inamovibles. Puede haber tormentas, y saldremos de ellas más fortalecidos. Y qué alegría cuando recibes un mensaje de alguien a quien le habías perdido la pista. O cuando los caminos, que siempre juegan con nosotros, se vuelven a cruzar. Qué bien sienta cuando, estando agitada, aparece esa presencia familiar que me ayuda a reírme de mí misma.
No puedo dar una definición de lo que es “un buen amigo”. ¿Es aquél con quien compartes mucha intimidad, o poca? ¿Con quien hablas de todo, o casi? ¿Con quien te sientes a gusto? Pues sí y no. Cada historia, cada relación, cada amistad, es un poco distinta.
En unos casos está hecha de compartir lo cotidiano, y en otras de abrir el corazón desnudo. En unos casos surge casi a bote pronto, sin saber muy bien por qué, y en otros nace del trabajo común, del tiempo gastado con otros, de irse conociendo despacio… Hay con quien te ríes de veras, y con quien puedes mostrar tu enfado.
Pero, en todo caso, todos esos brazos cercanos, esas vidas que se asoman a la mía, esos momentos que van tiñendo mi horizonte se vuelven parte del suelo firme en el que se puede construir una vida. 
Por ello gradezco a cada uno de mis amigos, a todos aquellos que leen este espacio. Algunos habrán pasado de largo, unos habran repetido más de una vez y otros sé que lo hacen a menudo. A los que dejan un comentario, por pequeño que sea, doblemente gracias. Porque nos enriquecemos con vuestras líneas de cariño y hondura personal. A tí, que dejas aquí la huella de tu alma, GRACIAS. A todos los que leén Voces Ancestrales, por parar un rato en este rincón humilde de la red, GRACIAS. De corazón.
Un gran abrazo de Paz, con todo el Amor de mi Corazón... 

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