Ir a tigre en bicicleta debe ser uno de los recorridos más habituales que se pueden hacer desde Capital Federal y alrededores. Además de ser un recorrido bastante agradable se tiene al tren Retiro - Tigre de soporte antes cualquier contingencia. No es una mala idea para bajar algunos grados cuando el calor llega a niveles intolerables. En total son 15km de ida y otros 15km a la vuelta si no deciden tomar el furgón. Podemos decir que el recorrido comienza cortando la Avenida Libertador en algún punto de toda su extensión, que además cuenta con bicisenda en gran parte. Derecho es difícil de perderse, se llega a Vicente López cruzando el puente de Av Gral. Paz. Vicente López termina poco después de cruzar el puente del tren de la costa (verde y grande) y es ahí cuando la avenida se hace más angosta y se transforma en calle. Donde no hay más que seguir derecho y disfrutar del viaje. Dependiendo del día y la época, el tránsito de autos puede variar, es necesario ir con cuidado. Un indicador de que se está llegando a tigre es el momento en que se corta la Av. del libertador Gral. San Martín. Llega contra una suerte de dársena por donde pasa la calle Almirante Brown. Se puede doblar a la derecha para luego retomar por Italia que llega derecho al centro de Tigre. Dependiendo del ritmo pueden se tarda unas 1,5hs a 2hs, pero no es nada complicado para los que estén acostumbrados a salir con la bici para trabajar o dar vueltas por ahí a diario. No está de más decir que es un buen ejercicio invitar a un fumador e intentar que purifique un poco los pulmones. Luego de todo el circo que hicimos para llegar, fuimos a lo más fácil. Derecho por la calle Italia cuando llegan se van a encontrar con la casa de comidas rápidas tan famosa. Habiendo tantas cosas ricas a la vuelta, fuimos a para ahí por cuestión de sencillez. No se esperen estar solos y tranquilos, hay gente por todos lados. Apenas pudimos tener algo en el estómago subimos de nuevo a la bici y nos fuimos para el lado de los restaurantes cruzando el puente y al fondo escapando un poco de todo ese movimiento.
Encontramos un lugar para descansar un rato, tomar algo y pasar la tarde.
Idas y vueltas, la hora de volver nos tomó por sorpresa. Habíamos visto en el pronóstico extendido que se esperaban lluvias para la tarde noche, pero como últimamente no están acertando mucho con sus previsiones salimos de todos modos. Antes que llegaran las 6 de la tarde, una nube nos comenzó a refrescar con algunas gotas de agua que pronto se transformaron en un batallón. No quedaba mucho por hacer más que dar la vuelta y disfrutar de la lluvia.
El agua se acumuló bastante rápido sobre la calle y pronto nos veíamos como canoas por el río Lujan. Por suerte habíamos llevado, como de costumbre, todo guardado en bolsas impermeables dentro de la mochila. Todo acomodado debidamente en su lugar nos dispusimos a disfrutar de la lluvia y a no parar que se pone fría la vuelta. Sin grandes sobresaltos hasta llegar a la altura de Vicente López donde la lluevia estaba tomando otra magnitud y el agua se acumulaba de montones sobre el cordón.
Bajando la velocidad, cambio más liviano para superar el agua y sumergiendo los pies al pedalear seguimos camino hasta que logramos subir nuevamente a la bisicenda. Para ese entonces la lluvia había parado pero dejó sus restos. La combinación de agua y cubiertas con tacos no es la mejor cuando se está sobre baldosas y peatones corriendo para todos lados, a tener cuidado como se usan los frenos.
Sin grandes sobresaltos, pasados por agua y con una sonrisa en el rostro estamos de vuelta para volver otro día.
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