El tiempo, ese bien que todos perseguimos; no podemos ahorrarlo, ni ganarlo o perderlo… El tiempo avanza inexorablemente sin que podamos modificar su curso, sin poder modificar su velocidad, pero, ¿podemos modificar la nuestra?
El ser humano, ansioso de conseguir dominar aquello que se nos escapa a nuestro poder, nos hemos dado cuenta de que la mejor manera de aprovechar el tiempo es haciendo las cosas más rápido.
Comemos más rápido, soñamos más rápido, jugamos más rápido, vivimos más rápido anhelando ganarle tiempo al tiempo, aprovechando cada segundo de nuestras vidas, de nuestro preciado tiempo; evitando que se nos escape ninguna experiencia o sentimiento…
La velocidad lo marca todo, cuanto más rápido vivimos, más experiencias experimentamos en esas 24 horas que delimitan nuestros días.
Los deportistas viven sus días con velocidad; queriendo ser más rápidos, jugando a ser más rápidos, entrenando para ser más rápidos, ansiando romper esa barrera del tiempo que nos marca el curso de nuestra historia. Todos quieren ser ganadores…