A todas las madres, a una madre

Estos días que celebramos el más grande nacimiento de la historia quiero recordar aquella Madre y aquel Hijo. Ejemplos de amor infinito, entrega y respeto. Observar qualquier imagen de la Virgen con el Niño Jesús en sus brazos es encontrarse ante la ternura más infinita y emocionante. Es la grandeza de María, sólo con contemplarla, sea cual sea su representación, sobran las palabras. De las miles de imágenes que conocemos de la Virgen con el Niño, he querido poner esta de Murillo. Mi abuelita la tenía colgada en su habitación y cuando dormía con ella mirarla me daba mucha paz.En este mundo de guerras, violencia, tristeza, mucha tristeza, las madres tenemos en nuestras manos la esperanza de un futuro mejor. Quiero pensar que si enseñamos a nuestros hijos a amar y respetar puede que algún día todo vaya un poquito mejor.Así pues, felicidades a todas aquellas que seguís el ejemplo de María. Feliz Navidad.