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A tomar distancia

Publicado el 16 julio 2013 por Eduardocarranzagazzani @ElPeriodicoPeru

El Mundo al revés. 
Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso). 
A TOMAR DISTANCIA. 

Las cosas como son. En las últimas semanas –por la razón que fuere– el presidente Ollanta Humala ha realizado un esfuerzo político importante para recuperar la confianza nacional. Su franco deslinde con la izquierda zanjado en entrevista a un periódico español; el público compromiso de promover y garantizar la inversión privada; la categórica negativa de su esposa ante una eventual candidatura presidencial suya, a contrapelo de la campaña subliminal que venía modulándose hasta entonces desde el propio palacio; el anticipo que no habrá sorpresas en el Mensaje de 28; la ratificación de su confianza al destacado ministro de Economía, Miguel Castilla. Son estas, entre otras, señas de la voluntad presidencial para aquietar unas aguas que las había agitado de manera innecesaria el propio oficialismo, precisamente cuando la neumonía extranjera empieza ya a causar estragos en nuestra economía minerodependiente; situación siempre negada desde el Ejecutivo intentando convencer a los ilusos que el Perú está “blindado ante cualquier crisis mundial”.

La iniciativa apaciguadora de Humala estuvo dirigida no sólo a los peruanos sino al capital extranjero. Su objetivo: pacificar el nerviosismo desatado tras ciertas piruetas oficialistas dirigidas –lo más probable– a lanzar la postulación de la primera dama para eternizar al humalismo en el poder, al estilo bolivariano. En este emprendimiento, el oficialismo provocó una absurda campaña de persecución y demolición direccionada contra potenciales candidatos para la campaña de 2016. La idea fundamental fue fulminar a Alan García. Esto produjo una inconveniente crispación polarizadora en la ciudadanía. A ella se sumó el escandalete de las millonarias propiedades inmobiliarias de la suegra del ex presidente Alejandro Toledo –hecho que también pondría en cuestión su posible candidatura, abonando a favor de la participación de Nadine Heredia– y la subsecuente telaraña de falacias y medias verdades tejida por el toledano, en vano intento por ocultar su desaguisado en un menjunje de transferencias ocultas y donaciones de gente encarcelada, en torno a varios millones de US$ blanqueados –nunca declarados–, como dieran a conocer las fiscalías de Costa Rica y República Dominicana. Porque, ojo, el affaire dominicano de Toledo no fue descubierto por las autoridades peruanas. Sin embargo, a contrapelo de la terca persecución a García, el oficialismo urdió un grosero blindaje a Toledo despertando mayor malestar y, peor aún, sospechas entre la opinión pública.

En consecuencia, si bien es plausible el empeño del presidente por allanar la desconfianza provocada por las piruetas electoreras a las que nos hemos referido, es indispensable que zanje la situación con el socio, Alejandro Toledo, de modo que la gente sienta que el jefe de Estado no apaña hechos turbios. Sin duda la Justicia –por ahora la Fiscalía– va por su lado y el Congreso por el suyo a través de una comisión investigadora independiente que no deben presidir el oficialismo ni el toledismo, pues ambos serían gatos despenseros. Al señor Humala le corresponde vigilar la pureza del lado político de las cosas: que la mujer del César lo sea pero asimismo que lo parezca. De lo contrario cargará con la presunción de complicidad a consecuencia de no permitir una pesquisa abierta a su enredado partenaire político. Ojalá lo comprenda pronto.

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/tomar-distancia


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