Pues sí, somos bien distintas, una más callada, la otra algo menos; una vehemente, la otra discreta; una serena, la otra en contante desazón.... Y sin embargo, los demás no nos reconocen así. Suponemos que nos pasa como a todo el mundo. Escondemos parte de nuestro interior (una enorme parte, para ser exactas...), no lo damos a conocer, y sólo sacamos un reflejo de lo que en realidad hay dentro de cada uno de nosotros.
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Reflejo o no, debemos pensar en ser nosotr@s mismos, con virtudes y defectos. Como lo que vemos a través de estos espejos: ser la esencia. Lo que queremos para cada cual debemos compararlo con lo que queremos para nuestro hogar, sin pensar en impresionar, sino dando lo mejor de nosotros y de nuestras casas. Amor, comodidad, cariño, acogimiento... ¿Cómo lo veis?