Llegamos allí poco
después del medio día y nos encontramos con un lugar muy bonito. Las
facilidades pudieran estar mejor cuidadas, pero para los gustos los colores. La
niña disfrutó de casas de brinco, paseos en pony, y mi esposo y yo disfrutamos
muchísimo de ver las carreras en vivo y correr “go karts” hasta enfangarnos
hasta el pelo. El personaje oficial del hipódromo se llama “Ballito” el mimo
juega con los niños, se toma fotos con cada uno de los chicos y canta
cumpleaños a cada uno de los homenajeados.
El lugar cuenta con áreas para celebrar fiestas, tarima, música infantil en auto parlantes, cantina donde ofrecen refrigerios, pizza, pop corn... y una anfitriona que le pintaba las caritas a cada uno de los presentes en los distintos cumpleaños. Para los adultos hay por supuesto las carreras, música, cervezas, restaurante y otras atracciones.
Definitivamente
el hipódromo Camarero es una alternativa para llevar a nuestros chicos que le
gustan los caballos a poca distancia del área metropolitana.
