Si la semana pasada recomendaba ‘Un plan sencillo’, en la que un grupo de amigos se encuentra en el bosque una maleta llena de dinero, para que no digáis que no soy coherente (aunque sí repetitivo), la película de esta semana parte de la misma premisa. Aunque esta vez es comedia. ¿Algún psicoanalista me explica la obsesión?
‘A tumba abierta’ supuso el debut (cómo me gustan los estrenos con libertad y sin la presión de cumplir expectativas) en la dirección de Danny Boyle, un tipo que tiene una de las carreras cinematográficas más sólidas y eclécticas de los últimos 15 años. Tras ‘A tumba abierta’ dirigió la IMPRESCINDIBLE ‘Trainspotting’ (por favor, si no la habéis visto o no habéis leído el libro, que merece un post exclusivo, parad de leer. Dedicad vuestro poco tiempo libre a algo verdaderamente talentoso). Para que veáis lo que cambia de registro, entre sus películas encontramos la terrorífica ‘28 días después’, la utópica ‘La playa’ y la oscarizada ‘Slumdog millionaire’.
Estrenada en 1994, Boyle se llevó la Concha de Plata a la mejor dirección en el Festival de San Sebastián. A pesar de que la crítica y el público británico le dieron una calurosa bienvenida a la película, en nuestro país pasó sin pena ni gloria.
Y cómo decía la canción ‘y cómo hemos cambiado’, veréis a un Ewan McGregor con 23 añitos, que si el director es ecléctico, qué decir de éste. En mi opinión uno de los intérpretes más versátiles de su generación. Los premios están al caerle, si no, al tiempo.
Aunque la trama ya la conocéis, el tono es completamente distinto. El humor irreverente y negro de los ingleses luce aquí de lo lindo. Algunas escenas rozan un poco el gore pero, fuera prejuicios, os moriréis de risa.
Os dejo con la incomodidad de descubrir las risas que puede provocar la muerte.
Para verla/descargarla aquí. No he encontrado el DVD de pago, por lo que si vuestra conciencia os agrede o sois temerosos de la Ministra de Cultura, enviad una donación a algún hospital de enfermos con extremidades cercenadas.