A una carita hermosa.
He de confesarte, amigo mío,que yo amaba su carita hermosa,que habría querido fuera ella mi esposaaunque para ella, fuese yo solo un amigo.Me gustaban, pues, sus verdes ojos,sus lindos labios, suaves, rojos,y su cabello despeinado y vivo.Y no es que recordarla sea mi oficio,pero uno no no olvida al ser amado,que aunque al tiempo se haya ido…el corazón sujeta lo que no ha olvidado.Puedo decirte entonces… que la amo,que no se han ido el tiempo y el espacio,que me queda en la memoria el fuego…aunque en el presente quede el llanto.Y pasarán los años y los rostros,y los ojos y los labios y el cabello,más, amigo, tienes que saberlo…no amaré a otra nunca, ni en un siglo.-A una carita hermosa-