Algunas imágenes de mi pueblo. Quién me iba a decir a mí que éste se iba a convertir en “mi pueblo”. Las vueltas que da la vida son increíbles. Para algunas personas, claro. Otras viven toda la vida sin apenas sobresaltos, sin cambiar de aires, sin que varíe apenas un par de milímetros su estructura social y vital. ¿Por qué será? Reconozco que yo siempre fui culo de mal asiento y no podía estarme quieto y callado, pero no sé porqué. Genética, imagino, como el cáncer.
Estamos tan mal de respuestas como de soluciones. No hay más que preguntas y más preguntas, lo cual no favorece un ambiente de calma y sosiego, sino todo lo contrario, fomenta la inquietud, la duda, la dispersión y los palo de ciego.
¿De dónde saco tema nuevos cada día para escribir aquí? Pues ni idea. Seguramente no sean tan nuevos y me repita mucho, no lo sé porque como es cortito se disimula bastante pero sí me inquieta un poco y trato de cambiar de aires cada día. Y eso que en mi cabeza solo da vueltas y más vueltas el dichoso cáncer. Aunque esté distraído, aunque parezca que pienso en otra cosa, aunque me esté riendo y actuando en un tono distendido, la procesión, como ya he dicho más veces, va por dentro y no puedo evitar tener presente que tengo una enfermedad que, probablemente, me mate.
Pero es que, a ver: ¿cómo mierda se desliga uno de algo así? ¿Qué pedazo de control mental tan abrumador debes tener para lograrlo? Es imposible mirar a mi chica y no pensar que se va a quedar sola, que no llegaremos a viejos juntos, que sufre más que yo cuando me ve sufrir, cuando me duele todo o cuando la quimioterapia me deja hecho una balleta vieja y ella no puede hacer nada por remediarlo.
Ver sufrir a tu ser más querido y no poder hacer nada es la hostia ¿eh? No cualquiera logra desligarse de ello y pensar en otra cosa. Nosotros lo conseguimos a medias, pero nunca es suficiente. Siempre está planeando sobre nosotros la sombra de la mala suerte. Aunque nos amemos aún más que antes y tengamos aún más tiempo para estar juntos. Cambiaríamos lo que fuera por tener la salud intacta, eso seguro.
Menos mal que nos dio tiempo a vivir una vida divertida y variada. Eso nos consuela cada día. Si estás a tiempo hazlo: vete de viaje, rompe con todo y vete por ahí un año o dos. La vida hay que vivirla antes de que sea demasiado tarde. Si yo no hubiese vivido mi vida intensamente, creo que ahora mismo preferiría estar muerto que ver cómo me marchito habiendo pasado por aquí como una simple sombra asustada, cobarde y torpe.
Vivid que la vida es más corta y más traicionera de lo que parece.