Revista Cultura y Ocio

[A VUELAPLUMA] ¡Paciencia y barajar!

Por Harendt

[A VUELAPLUMA] ¡Paciencia y barajar!Francesco Novelli (1767-1836)


"En la segunda parte del Quijote , -comenta en el A vuelapluma de hoy viernes el escritor Daniel Fernández-, en el capítulo XXIII, se nos da razón de lo que vio o soñó Don Quijote en la cueva de Montesinos. Y es el propio Montesinos quien nos presenta a su primo, Durandarte, mientras espera y confía en que el Caballero de la Triste Figura los libre del encantamiento que hace quinientos años cumplidos que los retiene en la malhadada cueva por culpa del mago Merlín. Sale así por un momento de su sopor de siglos Durandarte y se dirige a su primo de esta guisa, agotado sin duda por la visita de Don Quijote y la esperanza del desencantamiento: “Y cuando así no sea –respondió el lastimado Durandarte con voz desmayada y baja–, cuando así no sea, ¡oh, primo!, digo: ¡paciencia y barajar!”. Y tras esa breve línea, Cervantes nos cuenta cómo Durandarte volvió a su acostumbrado silencio de centenares de años y no dijo nada más. Pobre paladín, que había dejado encargado a su primo Montesinos que le arrancase el corazón para ofrecérselo a su dama. Y el primo cumplió el encargo y lo llevó amojamado, para que no resultase maloliente.¡Qué bueno es Cervantes! ¡Y qué divertido! Y en ese inagotable filón que es El Quijote hay bastantes referencias, como en otros escritos y creaciones cervantinos, a los juegos de cartas, que eran propios de villanos, pero a los que es probable que Don Miguel tuviese afición, pues maneja con soltura expresiones y dichos del juego. En cualquier caso, baste la evidencia de que aparezca en El Quijote , como también en el Guzmán de Alfarache , para entender que lo de paciencia y barajar es frase hecha que viene de antiguo, tal vez de tanto tiempo atrás como el propio Durandarte.

Nota al margen que prueba las muchas peculiaridades de este país nuestro: la cueva de Montesinos se puede visitar físicamente en Ossa de Montiel, en Albacete, aunque no hallarán ni encantados ni caballeros ni damas, pues no deja de ser una de esas peculiaridades hispanas que revuelven la tradición con una escenografía, como mínimo, peculiar.

Naipe , por cierto, es voz de muy probable origen catalán. Y baraja como conjunto de naipes se establece al mismo tiempo que su significado de riña, disputa o tumulto. Pe- ro no me enredo más por ese camino, aunque no me resisto a dejar un detalle último, y es que Alfonso XI de Castilla prohibió expresamente a los caballeros los juegos de naipes, el ludus chartarum, que de ahí la confusión entre naipes y cartas de baraja.Sea como fuere, y al margen de su antigüedad, lo de paciencia y barajar es frase que me digo a mí mismo a menudo, especialmente en tiempos de confusión o tras algún fracaso de distinta índole que exige volver a intentarlo. Si quieren más chascarrillos consoladores de la vida y sus trajines, también tengo en mucha estima lo de parar y templar –que viene del toreo, pero es útil ante cualquier problema– y lo de mejor ocuparse que preocuparse, para rematar esta pirámide de tópicos con un “casi nunca pasa nada” que flamea en la cúspide justo al lado de un bloque suelto en el que está labrado “¡qué se le va a hacer!”.Hoy, desde luego, estoy en modo de paciencia y barajar. Tal vez porque escribo esto en un día invernal después de muchos primaverales, con la niebla borrándome el paisaje. O puede ser porque me haya resfriado –creo que no es el coronavirus de Wuhan, pero...– y ande más embotado y torpe que de normal. O también, y me parece más probable, porque estamos en un tiempo lento y aletargado a la espera de que las prometidas nuevas elecciones autonómicas catalanas repartan de nuevo las ­cartas.¡Paciencia y barajar, pues! Mientras la niebla se levanta y ojalá que nos deje ver algún horizonte. Piénsenlo y verán que es la receta para seguir con nuestras vidas pese a todos los vaivenes de la política. Y sirve de consolación tanto ante la suspensión del Mobile, patada en la espinilla de China que nos han dado en toda nuestra cara, como frente a la enésima confusión entre catalán y catalanohablante, con voluntad clara de muerte y extinción del bilingüismo... En realidad, lo mismo vale para atascos de tráfico que para entender la incipiente rebelión del campo y sus reivindicativas tractoradas. Y no pierde brillo ni utilidad tanto si paramos atención en la abulia de nuestro Govern como si nos da por lamentar alguna iniciativa legislativa o fiscal.Estamos, además, en ese tiempo del año con la vida sepultada en la tierra a la espera de unos brotes que, pese a que cada año se adelanten más, hoy yo no contemplo. Esa es otra, claro. Porque hace ya unos quince días que he visto florecer almendros que puede que hayan soportado luego una helada. Pero ante el cambio climático, ya saben: paciencia y barajar, y tal vez algo de reciclaje activo y militante, no vaya a ser que perdamos toda la fuerza en mover y remover cartas. Y que, como Montesinos y Durandarte, nos quedemos encantados y en la cueva, en nuestra siesta inmemorial".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 


[A VUELAPLUMA] ¡Paciencia y barajar!

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Entrada núm. 5778
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