Revista Cultura y Ocio

[A VUELAPLUMA] Vigilados

Por Harendt

[A VUELAPLUMA] VigiladosFotograma de la serie de televisión "Vigilados"


"Vivimos tiempos excepcionales -señala en el A vuelapluma de hoy [Lo saben todo de todos. La Vanguardia, 8/4/2020] el escritor Lluís Foix- porque una sensación de fragilidad atraviesa estados, fronteras, sistemas políticos y sociedades que se preguntan cómo se puede vivir en un mundo alterado por la incertidumbre global.Una de las medidas adoptadas por el Gobierno Sánchez es la geolocalización móvil para ayudar a combatir la pandemia mediante una aplicación que permita saber dónde está cada cual en un momento determinado y así poder advertir a un ciudadano que está poniendo en riesgo su propia salud y la de su entorno.La propuesta está en estudio porque el Gobierno no quiere dar la impresión de que esta medida pueda vulnerar los derechos individuales. El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, insiste que en el estado de alarma no existe una devaluación del Estado de derecho. Cada prolongación de esta medida excepcional para combatir el virus tiene que aprobarse en el Congreso, según el artículo 116 de la Constitución.Hace muy bien el Gobierno en garantizar el derecho a la intimidad de todos. Pero no hace falta. Hace ya mucho tiempo que nuestros datos personales están en poder de los gobiernos, de los servicios de inteligencia y de las operadoras de internet.Vigilancia permanente es el título del imprescindible libro de Edward Snowden, fugado a Rusia después de revelar la información acumulada por los servicios secretos americanos, en el que explica cómo el progreso tecnológico ha permitido a Estados Unidos almacenar toda la información de todos los ciudadanos del mundo. Snowden, al igual que Julian Assange, está acusado de traición por haber descubierto los secretos más delicados de la inteligencia nortea­mericana. Snowden vive en Rusia protegido por Putin y Assange está pendiente de juicio en Londres en espera de que la justicia británica decida o no su extradición a Estados Unidos.Snowden afirma, desde el conocimiento de las entrañas de la información superencriptada, que el papel fundamental del progreso tecnológico es que si algo puede hacerse, probablemente se hará y seguramente ya se ha hecho. Pero revela también que China lo hacía públicamente contra sus ciudadanos mientras que Estados Unidos ha podido hacerlo en secreto a todo el mundo.Nos podemos rebelar contra gobiernos o contra las empresas que almacenan nuestros datos. En muchos casos han sido capturados por los servicios secretos, pero es habitual que todos los hayamos suministrado voluntariamente cuando una empresa nos los ha pedido. Hemos aceptado volunta­riamente tantas cláusulas sin detenernos a leer qué decían. No caben quejas.Olvidémonos, por lo tanto, de reclamar la confidencialidad de nuestros datos, nuestras andanzas y localizaciones, nuestra privacidad. Siempre que se plantee el dilema entre seguridad y libertad serán los inte­reses de Estado los que prevalezcan, también en las democracias. Es lamentable pero es así.La geolocalización móvil fue utilizada en el 2019 por el Instituto Nacional de Estadística para observar los movimientos pendulares de la población en el mapa. Siempre se asegura que los datos no serán utilizados para nada más de lo que se supone que fueron obtenidos. Las grandes operadoras también las emplean para ubicarnos y la industria publicitaria nos envía mensajes de acuerdo con los perfiles que tiene perfectamente elaborados de todos.La libertad ha retrocedido y los pasos de la sociedad disciplinaria que perfila el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, tal como exponía en un artículo en este diario el pasado sábado, avanzan hacia nuestra intimidad en nombre de la eficacia.La pandemia del coronavirus ha acelerado abruptamente el cambio en la geopolítica que dará más oportunidad a los sistemas con autoridad fuerte, aún con el ropaje de democracias consolidadas, que a las sociedades imperfectas basadas en la libertad que, paradójicamente, son las que más perduran a medio y a largo plazo.La sociedad disciplinaria podrá imponerse temporalmente siempre y cuando no ahogue la libertad y la capacidad de crítica que no podrán borrarse. Donald Trump y Boris Johnson pensaban hace unas semanas que era más importante reflotar la economía que contener los efectos devastadores del virus. Los muertos por la pandemia les han hecho modificar el criterio.Lo más preocupante no es que China opere con parámetros autoritarios, sin libertad, que producen resultados óptimos reflejados en eficacia, crecimiento y aumento del bienestar. Es más inquietante que estas tesis sean asumidas por países democráticos que han conseguido objetivos semejantes sin apartarse de los inevitables debates de las sociedades libres. ¿Hay que felicitar a China, que ha exportado el virus y ahora suministra todo el material necesario para combatirlo? Como decía el lunes Angela Merkel, es hora de producir lo que necesitamos sin recurrir a los países asiáticos porque su mano de obra es más barata. Recuperar la economía social de mercado, un invento renano, puede ser un remedio".

A vuelapluma es una locución adverbial que el Diccionario de la lengua española define como texto escrito "muy deprisa, a merced de la inspiración, sin detenerse a meditar, sin vacilación ni esfuerzo". No es del todo cierto, al menos en mi caso, y quiero suponer que tampoco en el de los autores cuyos textos subo al blog. Espero que los sigan disfrutando, como yo, por mucho tiempo. 


[A VUELAPLUMA] Vigilados

La reproducción de artículos firmados en este blog no implica compartir su contenido. Sí, en todo caso, su  interés. Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
[A VUELAPLUMA] Vigilados
HArendt
Entrada núm. 5910
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)

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