Mucho me temo que así va a ser mi armario a este paso, de dibujo animado
Como sabéis, soy un culo bastante inquieto, más por necesidad que por gusto, aunque mi madre está convencida de que es mi espíritu y mi esencia, no estar nunca conforme con las casas en las que vivo. Por una cosa o por otra, lo cierto es que en estos últimos 4 años me he cambiado de casa 5 veces. Pero, sin duda, esta última ha sido la peor de todas con diferencia, y lo sigue siendo.
Motivos por los que este cambio ha sido más duro que los otros:
1.- La nueva casa a la que me mudo no es para nada nueva, es MI CASA, la que me compré cuando tenía 23 años y la que llevo odiando desde los 24. Los vecinos, una serie de reformas en el edifico, goteras recurrentes, el poco tiempo que viví realmente en ella, hicieron que terminara cogiéndole mucha manía. Cuando finalmente decidí hace unos meses volver tras tenerla años y años alquilada, pensé que lo único que podía hacer que cogiera cariño al piso era hacerle una reforma integral...
2.- Las cosas se complicaron por la falta de profesionalidad del mundo de la reforma. Tuve que pedir presupuesto a varios contratistas que me habían recomendado amigos. La mayoría fueron muy majetes y serviciales, pero muchos de ellos tardaron como un mes en pasarme el presupuesto. El que antes me lo dio lo hizo en casi tres semanas, con los que los tiempos a mí se me iban acortando. Tenía que dejar el piso en el que vivía de alquiler al mes siguiente y ni siquiera tenía los presupuestos sobre la mesa. Juro que alguno alguno, tres meses después, ni me lo ha pasado, palabrita de girl scout... Como dicen en mi casa, ni está ni se le espera... No lo entiendo, de verdad... Todo el mundo me dice que esto es lo habitual, pero por más que intento pensar las razones (proveedores y demás) no me entra en la cabeza. Una semana... una y un poco... pero, ¿tres? ¿por qué? Si se trata de que empiecen cuanto antes para ellos mismos, para cobrar deprisa...
3.- Como yo pensaba irme en un mes, empecé a hacer cajas para que luego no se me acumulara todo. Al retrasarse el proceso, he vivido entre cajas en el antiguo piso como un mes y pico, un verdadero horror.
4. Mis últimas casas han sido enormes, con un montón de metros y ahora me marcho a una de 40. Todos mis muebles están pensados para espacios amplios, he acumulado posesiones a raudales y he tenido que deshacerme de muchísimas cosas. Lo intenté en Wallapop, pero a mí me ha dado un resultado horrendo. Lo del regateo nunca se me dio bien. Considero que si quiero regalar algo lo regalo, pero si le pongo un precio justo, pues ya está, lo quieres o no, pero no me tomes el pelo, ni me mareo, miles de mensajes para luego no volver a contestar aunque hayas conseguido la rebaja que pedías. Por ejemplo, un verdulero de aluminio, precioso, con tres bandejas, ruedas, etc, que a mí me costó 60 euros en una conocida cadena de cosas de bricolaje, lo subo pidiendo 5 euros... os juro que está nuevo y en las fotos se ve perfectamente... pues me escribían para decirme que si lo podía bajar... al portal lo voy a bajar, no te jod***!!!! Así que decido que, puestos a regalar, lo dono a quien a mí me de la gana. Esta gestión la hice la semana antes de Semana Santa, llamé a varias ONGs y asociaciones... Pues todas me pusieron pegas para ir a ver lo que iba a donar, en algunas me pidieron que lo llevara yo y en otras me dijeron que con las vacaciones al lado no podían ir hasta el mes siguiente. La Semana Santa, como explicaré más abajo, es un punto de inflexión para este país. Debe ser el recogimiento y los momentos de oración, que nos abstraen. Al final he repartido entre familia, amigos, y el resto he llamado al Ayuntamiento para que se lo lleven...
5.- El día de la mudanza lo voy a pasar por alto porque para mí supuso todo un trauma. Y eso que la empresa me venía super recomendada. Solo os diré que terminé llorando y tomándome un lexatín, cosa que no hacía desde años atrás. ¿Sabéis esa sensación de ir haciéndoos chiquititos, chiquititos porque alguien te regaña continuamente? Pues eso.
6.- La obra no ha estado mal, en plazos y con gente maja... pero aún así, remates que quedan por hacer, chapuzas de las que no te das cuenta hasta que pasan unos días... El otro día fui a limpiar detrás de una puerta y me di cuenta de que no habían puesto el rodapié... Como había limpiado a toda prisa antes de la mudanza y luego no había cerrado la puerta, no lo había visto... cosas así varias... Por otro lado, todo lo que no dependía de los obreros propiamente dicho, es decir, cocina y puertas, se ha retrasado lo indecible. Y la excusa que me dan es que ha pillado la Semana Santa por medio. Como si la Semana Santa hubiera aparecido por generación espontánea, nadie supiera que estaba en el calendario y de repente... buummm... ¡aquí está para descabalar todos los planes de todos los humanos sobre la tierra!... o al menos sobre Madrid. Las fábricas de madera, para que lo tengáis en cuenta en vuestra vida, amiguitos, cierran TODA la semana, y todos los proyectos con fecha de entrega se retrasan. Pero vivimos en la crisis económica, no lo olvidemos.
7.- LO PEOR DE TODO: Al mismo tiempo que la obra, vamos, dos días después exactamente, encargué un armario semi empotrado, que va de pared a pared y de suelo a techo. Como podéis imaginar, un espacio tan pequeño como mi casa necesita un lugar de almacenaje potente porque va a ser casi exclusivamente el que va a haber en toda la casa. La obra acabó, la cocina con retraso fue instalada, las puertas que no llegaban porque estaban todos en la playa, llegaron... y el armario... el armario no... primero fue porque (¿adivináis?) les ha pillado el toro con la Semana Santa. Cuando me dan una fecha de entrega, la semana pasada, me vuelven a decir que han tenido un problema con el pedido... ¡¡¡mes y medio después!!! y que se va a retrasar aún más, hasta este jueves no lo tengo. ¡Que la obra la acabaron en 20 días hace de esto 26 días!... por lo que se ve, hacer cuatro puñeteros tableros (que me perdone si hay algún armaritero en la sala, pero yo lo veo así) es más laborioso que tirar muros, cambiar toda la electricidad, quitar el gotelé y todo lo demás... vamos, ¡¡no me fastidies! Y yo llevo viviendo desde el día 1de abril rodeada de cajas, más el mes que estuve en la otra casa de la misma manera, y ya me he vuelto adicta a los lexatines, y la ropa la saco de maletas como puedo, y no puedo colocar las estanterías porque no sé dónde voy a colocar los muebles dependiendo de si me caben con el armario o no, y... y... y...y...y... arggggg!!!
De verdad, no entiendo lo de este país, que este tipo de servicios se preste de una manera tan desastrosa y que todo nos parezca normal. El otro día a una amiga la dejó plantada un fontanero. Sí, ella se fue del trabajo antes porque había quedado para que le arreglase la cisterna, y él no sólo no apareció, es que ni llamó, ni se ha vuelto a saber de él. El otro día encargué la comida de mi perro por internet, y, tras intentar de manera obsesiva que me dijeran cuándo me la iban a mandar sin obtener respuesta, se presentaron en mi portal un martes a las 12 y cuarto y me llamaron exigiéndome que les dijera a qué telefonillo podían llamar para dejárselo a un vecino. Cuando les digo que no, que me digan en qué horario me lo pueden traer, me dicen que de 9:30 a 18:00... vale, bien, una jornada laboral normal, super lógico todo. Les pido que me lo traigan al trabajo y me dicen que no, que yo he dado otra dirección y es lo que hay. Y todo así... Decidme, ¿es o no es para estar de los nervios?
Respecto al armario, ya os iré informando, porque no me creo nada de nada. Hoy, lunes, aún no me han llamado para decirme que se retrasan más, pero no dudéis que tienen tiempo de hacerlo de aquí al jueves.