Revista Política

A vueltas con el per

Publicado el 26 abril 2013 por Catalega @Catalega

A VUELTAS CON EL PER Publicaba el miércoles el Día de Córdoba, un interesante artículo sobre el antiguo Plan de Empleo Rural (PER), actual PROFEA, en relación a la problemática aplicación del mismo en un año tan malo para el campo como ha sido este. Los fondos de este programa, son de 215 millones de euros para ocho comunidades autónomas, de los cuales Andalucía recibe 147,7 millones de euros. Con este importe se subvenciona la contratación, por parte de los ayuntamientos, de trabajadores eventuales agrarios en situación de desempleo para la ejecución de obras de interés general y social. Los jornaleros que hayan trabajado en el campo al menos 35 jornadas (en 2013 es suficiente con 20 jornadas) tienen derecho a cobrar seis meses de subsidio por, siempre que se cumplan ciertas condiciones en función de la edad, situación familiar e ingresos mínimos. Desde 2002, los trabajadores eventuales agrarios deben cotizar a la Seguridad Social por desempleo y pueden tener derecho a una prestación contributiva. El PER siempre ha sido muy criticado por diversos sectores de la sociedad, argumentando que están destinados a subvencionar vagos, a que los trabajadores del campo andaluz estén en el bar todo el día. Pues bien, como hemos dicho este año se han destinado 215 a este programa, cuando a la minería entre los años 2006 a 2012 se destinaron 4.987 millones de euros, a 712,42 millones de euros anuales, ¡y nadie dice nada! Yo el PER siempre lo he criticado. Pero no critico el PER por su objetivo sino por sus formas. Los jornaleros andaluces precisan de ayudas, necesitan de la solidaridad de todos para vivir con dignidad, pero las cosas podrían hacerse de otra forma. Como venimos diciendo estos días se debe ayudar, pero también se ha de enseñar a pescar, este sistema puede provocar que muchas familias se acomoden y se acostumbren a vivir de las subvenciones, de las ayudas, pero estas familias no son las culpables. Los culpables de esta situación son los políticos que han gestionado este tipo de ayudas. Nuestros políticos no se han preocupado de que el campo se modernice, de que se instalen empresas serias. Y lo más triste es que sabemos hacerlo y el ejemplo lo tenemos en la misma Andalucía, en Almería. En Almería han sabido crear y desarrollar una agricultura rica, moderna, competitiva. ¿No podemos hacer lo mismo en el esto de Andalucía? ¿No se podrían dedicar estas partidas a la creación de tejido productivo, a la creación de empresas?

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