Revista Economía

A vueltas con la gestión pasiva y la gestión activa en bolsa

Publicado el 09 mayo 2020 por Pacolopez

Se debate mucho últimamente sobre si la gestión pasiva es más aconsejable que la gestión activa en bolsa.

La gestión pasiva se limita a invertir en un índice, es decir, en una combinación de acciones en la misma proporción en la que se ponderan en un índice. La gestión activa invierte en acciones aisladas de acuerdo a criterios específicos de potencial de revalorización que estime el inversor.

Me planteo, ¿qué pasaría si todos los inversores del mundo solo invirtieran en índices? Pues que las bolsas se moverían solo por sentimientos globales (inversores o desinversores) de mercado, no por una apuesta específica en una acción determinada. Los inversores se limitarían a apostar por índices, de los muchos que actualmente se pueden encontrar, a través de ETFs de índices.

Así invertirían en:

  • sectores (robótica, alimentación, farma, materias primas, oro, etc.)
  • países (IBEX, CAC…)
  • o incluso por el índice global de bolsas

La verdad es que las variedades de índices son casi infinitas.

¿Hay que decidirse por un método u otro? No. Quizás lo mejor sea combinar ambas estrategias. Algunos fondos de inversión así lo hacen.

La cuestión interesante a dilucidar es cómo influye la creciente moda de inversión pasiva en el devenir de los mercados. Creo poder apuntar que explica bastante que se produzcan importantes distorsiones en las valoraciones que afectan mucho a la gestión activa. En especial a la gestión value, que ha evolucionado mal en los últimos tiempos en paralelo al crecimiento de la gestión pasiva. Yo diría que es un pez que se muerde la cola. Porque la creciente gestión pasiva provoca distorsiones importantes en la valoración de algunas compañías por la que los fondos value pueden haber apostado fuerte, pero que la gestión pasiva no los contempla, porque no apuestan por el sector, el país o lo que sea que conforme un índice que se ponga de moda. Los fondos value suelen ser muy selectivos, e incluso contrarians, lo que agudiza ese factor de desviación.

En España lo estamos notando con la apuesta de gestores value como AzValor, que tienen compañías de materias primas o petroleo en cartera, que son sectores que los inversores en índices han abandonado. La consecuencia es que AzValor asegura que sus posiciones tienen un recorrido de valor enorme, pero el mercado (los gestores pasivos) no lo reconocen.

Veremos quien gana el pulso.

Es posible que en algún momento los gestores pasivos vuelvan a esos sectores y entonces los fondos value registren plusvalías astronómicas. Pero, ¿y si no vuelven?


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