Revista Comunicación

A Zoido le falla la justicia

Publicado el 15 septiembre 2010 por Jackdaniels

No deja de ser una curiosa coincidencia que, justo un día antes de que el juez del Juzgado de Instrucción 14 de Sevilla que investiga las irregularidades en subvenciones públicas otorgadas a la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos dicte su auto, aparezcan como por obra de magia nuevas facturas duplicadas en el llamado caso “Unidad”.

Sobre todo cuando las supuestas “nuevas pruebas contundentes” vienen de la mano del Partido Popular y teniendo muy en cuenta la condición anterior de juez del hoy candidato a la alcaldía Juan Ignacio Zoido. Lo que es Sevilla no sé si la conocerá a fondo, pero los intricados senderos de la magistratura se los tiene que conocer como nadie. Al más puro estilo Federico Trillo, todo un experto en dilatar causas judiciales que puedan perjudicar a los populares y en anular instrucciones por hechos muy graves por el socorrido procedimiento del defecto de forma.

Tampoco deja de ser algo de lo más habitual el que para el medio oficial de la campaña electoral del Partido Popular en Sevilla, ABC de Sevilla, lo que en principio es una “reactivación” del caso se transforme como por ensalmo en una burda maniobra del juez para “salvar” a determinados imputados sobre los que se había puesto con anterioridad el punto de mira por intereses puramente políticos.

El trasladar las salas de la justicia a los titulares de un periódico suele a veces traer este tipo de consecuencias, que cuando la resolución no es a tu gusto te quedas con el culo al aire. Ahora el juez pasará de la noche a la mañana de ser un héroe justiciero a un cantamañanas interesado que ha tenido la osadía de subirse un ápice la venda sobre los ojos para ver el rostro del acusado. Cosas del periodismo moderno.

El caso es que el juez encargado del caso de las facturas falsas ha dictado al fin su auto exculpando a los dos estrechos colaboradores del alcalde, Domingo Enrique Castaño y Manuel Gómez Lobo, de cualquier responsabilidad penal y ha desestimado de un plumazo las supuestas nuevas facturas falsas aportadas por Zoido y sus muchachos. Y claro, ahora es cuando viene el lío.

Porque tras cuatro años consecutivos explotando el cotarro y tratando de salpicar a todo quisque, incluido el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, no se pasa página tan fácilmente. Los socialistas ya han exigido que Zoido pida perdón al alcalde por lo que entienden como una sarta continuada de “injurias y calumnias”. Y los populares, hasta ahora, dan la callada por respuesta. Como siempre.

La estrategia estaba pensada con mala leche. De haberse dilatado el caso amenazaba con plantarse ante las elecciones municipales sin resolver y con la figura del alcalde en el punto de mira por una supuesta trama de financiación ilegal del partido socialista. Un escenario idílico para Zoido de cara a afrontar unas elecciones que se prevén tan reñidas y no tener que verse obligado a cumplir su palabra de retirarse de la vida política si no consigue la mayoría suficiente para gobernar la ciudad. Pero mira por dónde, el gremio le ha fallado al alcaldable popular. Qué falta de consideración entre compañeros.

Porque lo de este hombre con el alcalde ya es de mala suerte. Parece empeñado en tumbarlo del cargo por la vía penal y Monteseirín no deja de salir airoso una y otra vez de los umbrales de los tribunales.

Tal vez le convendría más emplearse en el cuerpo a cuerpo, en la batalla política de la gestión y de los proyectos, donde quizá el regidor pueda no gozar de tanta fortuna. Seguro que encuentra más argumentos que en la pléyade de insinuaciones a las que le lleva su crispada obsesión. Quizá de esa forma hubiera evitado que gobernara los dos últimos mandatos, aunque, claro está, para ello es imprescindible tener proyecto.


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