Gladys Emilia Guevara.
“…Y claro, saltar la talanquera es de vital importancia, al fin la talanquera es por donde nos llevan, como ganado al matadero. Digno de todos juntos es saltarla, y empezar por darles un buen susto a los que se divierten con el festín…” Pascual EstradaAgradezco las manifestaciones a favor y en contra de mi último escrito, en el cual alertaba sobre el peligro de las manipulaciones de quienes ejercen el poder, fundamentada en un texto que se le atribuye a Noan Chomsky, conocido lingüista estadounidense, el cual -para los que lo ignoran- ha manifestado públicamente su inclinación y simpatía por el pensamiento y la acción anarquista. Todos los que me escribieron y publicaron escritos en Aporrea apoyando o rebatiendo mis planteamientos, son indicadores de que la intención comunicativa que imprimí al escrito, se logró eficientemente.
Y se logró porque estas manifestaciones son una demostración fehaciente de que toqué un punto álgido en la contienda, un tema doloroso que levanta pasiones y que efectivamente es necesario que se debata con sensatez y sin que aflore subjetividades ni emociones que desdibujen la razón, y en consecuencia, nos hagan seguir dando tumbos culpando, por ejemplo, a nuestros propios y humildes compañeros de luchas que se envalentonan a opinar en tiempos en donde se descalifica el pensar distinto o sencillamente pensar, por las consecuencias de los fracasos electoreros que se anuncian en un futuro próximo.
La responsabilidad de lo que en este país ocurra, no es sólo del pueblo mayoritariamente humilde que supuestamente decide “el rumbo” por una decisión electoral, es fundamentalmente del papel que han cumplido las élites que gobiernan en el desenvolvimiento de sus funciones… (¡Cómo me gustaría saber que aquellos que enviaron correos insultantes a mi buzón acusándome de salta-talanquera o de traidora y deseándome ser la primera que los gringos violen cuando llegue la “derecha” al poder, desarrollaran también agallas para confrontar a los pseudo líderes que escogieron para desempeñar cargos públicos y le reclamaran su mediocridad e inoperancia! Pero eso sería pedirles demasiado porque definitivamente, no sólo sufren de las disfunciones cognitivas que enumeré en mi texto anterior, sino que son personas sin formación ni evolución humana. Extrañamente, se autodenominan “izquierda”).
Hubo, sin embargo, un correo que me pareció particularmente significativo, y era el de un compañero que me objetaba el no dar una solución a la actual situación en la cual nos encontrábamos. Sin mencionar el nombre del compañero, quiero reproducir lo que le escribí ante esta observación:
… En cuanto a la necesidad que tienes de que yo exprese directamente alternativas para superar la actual situación en la que nos encontramos, voy a decirte que adelantaríamos bastante, si hacemos honor a una sentencia maravillosa de Cortázar: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo”…
Y en ese sentido, he creído mi deber tratar de polemizar sobre la forma en la cual los venezolanos comenzamos a ver la realidad, impelidos por una serie de eventos, que por su vertiginosidad e impacto, impidieron que actuáramos de la forma más adecuada. Por ejemplo, si al surgimiento de un líder tan extraordinario como Hugo CHávez, no hubiésemos actuado firmándole un cheque en blanco, y por el contrario como pueblo en lucha, hubiésemos fustigado su actuación hacia escenarios verdaderamente revolucionarios, te aseguro que nada de lo que ahora padecemos estaría ocurriendo.
Pero no tuvimos la madurez como pueblo para no dejarnos vencer por los encantos de un hombre que logró la empatía total con muchas de nuestras expectativas, y fuimos excesivamente complacientes hasta llegar a la idolatría, que es el lugar que ahora ocupa el pensamiento y la acción de ese ser humano.
Eso nos dice algo: tenemos, como pueblos colonizados, dificultades para pensar en forma racional, y estamos peligrosamente expuestos a manipulaciones de toda índole.
No soy política, soy educadora; actúo en el marco en el cual puedo ser útil. Ojalá fuese anarquista, como dicen algunos compañeros para descalificar mis ideas. El anarquista trabaja para que el Estado desaparezca y las personas descubran otras formas de relaciones de producción, intercambio y organización. Para que el ser humano encuentre su creatividad y deje de repetir siempre los mismos errores. Entonces las decisiones no las tiene una sola persona, sino que son debatidas por todos y para el bien de todos. Ayuda, te repito, que todos aprendamos a ver las posibles trampas en la que suele incurrir nuestro pensamiento, permanentemente expuesto a la lógica del capital.
Si me preguntaras mi opinión en torno al qué hacer hoy, ante el escenario real que atraviesa el país, te diría que existen equipos de economistas “camaradas”, quienes han planteado soluciones en el marco por supuesto de la sociedad capitalista en la cual vivimos. Estaría bien que se reunieran con ellos y consensuaran mecanismos para tomar decisiones que desentrabaran la siniestra situación, y permitieran que las consecuencias de esta crisis la pagaran los mismos que la crearon, y no el pueblo pobre del cual formo parte. Te repito, soy una humilde educadora, hija de campesinos que leían y se preocuparon porque yo leyera y cuestionara la realidad en la cual vivía.
No sé si con todo esto respondo tu pregunta. Creo que las respuestas sólo llegan cuando conversamos, y en este sentido, me encantaría oír también tus puntos de vista y tus propuestas.
Por último, quisiera que aclaráramos un poco el origen de la expresión: “Saltar la talanquera”. Para ello, espero que se me permita citar a Alexis Márquez Rodríguez, quien para el pensamiento centrista de muchos podría resultar sospechoso de no decir la verdad, sencillamente por no haberse ubicado dentro del ámbito de lo que llaman “chavismo”:
“En Venezuela usamos talanquera para designar una cerca cualquiera, pero también para referirnos a un tipo de puerta rústica, que en el Diccionario del actual de Venezuela, de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez, se define como “puerta rústica hecha de palos, especialmente la de los potreros o corrales (…)’. Más precisa es la definición que nos da el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, atribuida a México, Guatemala, Cuba, República Dominicana, Colombia y Venezuela: ‘Portón rústico hecho con dos postes verticales separados a cierta distancia uno del otro, que tienen una serie de agujeros por los cuales se deslizan horizontalmente unos palos con los que se abre o cierra el paso (…)’. Esto es exactamente lo que en nuestro país se conoce también como tranquero, palabra esta hoy poco usada, pero muy común en el llano de mi infancia y adolescencia, y también con la palabra paloapique. Tranca se le dice a los palos o varas del tranquero. Este diccionario registra igualmente la acepción más general de ‘Cerco que impide la salida del ganado (…)'”.
Pues bien, si la talanquera tiene su origen en un mecanismo de contención del ganado… ¡Bienvenido el salto de talanquera! Si de algo tendríamos que enorgullecernos en esta vida, sería precisamente de no ser rebaño conducido mecánicamente al matadero. Prohibido prohibir. Necesitamos pensar. ¡Abajo las talanqueras!
PE. Si soy o no soy anarquista (¡Ojalá pudiera llegar a merecerme ese calificativo), si soy o no soy chavista, si soy o no soy de Marea Socialista, si soy o no soy escuálida… no es motivo de discusión, porque resulta irrelevante a efectos de una discusión o debate serio sobre el tema en cuestión. Se discuten las ideas, no se descalifica al mensajero, porque eso sería incurrir en falacias o falsas argumentaciones. Menos aún cuando no conocemos las líneas de pensamiento de las personas con las cuales discutimos. De esas “malas costumbres” decía magistralmente Octavio Darisi: “Intolerancia con las ideas, pero tolerancia con los hombres”. [email protected]