Abandonados y abatidos

A priori parece casi imposible poner de acuerdo a cazadores y animalistas. Pero no. El Gobierno de Canarias lo ha conseguido, con un proyecto de la Consejería de Medioambiente, por el que se pretende incluir como piezas de caza mayor a vacas, cerdos, caballos, camellos y burros asilvestrados. Según las autoridades competentes esta drástica medida obedece a la necesidad de conservar el ecosistema. De hecho, y por este mismo motivo, en la actualidad se pueden abatir muflones y arruíes. Es curioso que sean siempre los animales los que paguen los delitos cometidos por los seres humanos. Pero, en este caso, ni siquiera a los cazadores parece haberles gustado el proyecto, porque, de un plumazo, se han sentido francotiradores al servicio de la administración. Bien, en realidad el problema es, como la mayoría en nuestra sociedad, económico.

Reflexionemos un poco sobre el asunto. Si un ser humano introduce una especie invasora en un lugar, se mata al animal. Si un ser humano explota una ganadería o cualquier otro negocio con seres vivos por medio y luego los deja abandonados, se mata a los animales. Si la humanidad se distingue por la inteligencia, este modo de actuar no parece ser el más adecuado. Existen santuarios que se encargan de acoger, albergar y cuidar a los animales abandonados, por ejemplo. Pero claro, su mantenimiento cuesta un dinero y no vaya a ser que las administraciones tengan que abonar un importe o cobrárselo a quien ha provocado el problema. Es mucho más sencillo optar por la vía rápida de la muerte.

Por si hay alguna autoridad competente en la materia en línea aquí le dejo uno de los vídeos del Santuario Gaia, uno de los más activos en España, por si les sirve para coger alguna idea...