Si la información sirve para algo debe ser también para concienciar a la gente sobre determinadas cuestiones de una forma comprometida. Si hay una noticia que merece divulgarse y remover conciencias, ésa es que España es ahora mismo líder en abandono de animales domésticos. Lo último que faltaba para radiografiar en lo que se ha convertido este país.
Mientras las protectoras de animales y personas comprometidas se dejan la piel, las esperanzas, y días de trabajo en una ardua labor para intentar salvar a miles de animales, España encabeza la lista europea en abandono de mascotas. Alrededor de 150.000 al año, unos 410 al día, entre perros y gatos, que se dice pronto, son abandonados en las cunetas de las carreteras, en las calles de las ciudades, en contenedores de basura, en ríos, en solares abandonados, en obras en construcción, o lo más lejos posible del hogar de donde son arrancados con brutalidad. En el caso de los perros con un plus de crueldad, ya que sus dueños saben que la fidelidad que caracteriza a estos animales hará que los busquen de forma incansable hasta la extenuación o la muerte.
Personas sin alma ni conciencia, a los que habría que hacer pagar caro semejantes actos, abandonan a sus mascotas en cuanto les molestan, cuando crecen y dejan de ser cachorros, cuando necesitan cuidados veterinarios, alimentos y atención. Es especialmente sangrante que durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y el verano miles de perros, gatos, pájaros, etc, sean abandonados a su suerte con una total falta de responsabilidad.
Para evitar el fatal destino de estas mascotas, que pueden deteriorarse rápidamente y morir, las protectoras de animales españolas se afanan con verdadero heroísmo y compromiso para rescatarlas e intentar que sean adoptadas en hogares de verdad que los acojan y los permitan tener una vida digna. Las protectoras se encuentran hoy día desbordadas por completo, con escasos recursos económicos, de espacio y de personal. Y aún así son la última esperanza para estos miles de animales abandonados.
El gobierno puede y debe hacer más para facilitar que las protectoras hagan un mejor trabajo, concediendo ayudas, ventajas fiscales y potenciando la divulgación de mensajes de protección de los animales y haciendo una mejor labor pedagógica en la sociedad.
La esterilización, la prohibición de exhibir perros y gatos en tiendas de mascotas, el aumento drástico de las penas de cárcel y fuertes sanciones económicas para quienes maltraten o abandonen animales son medidas en la buena dirección, pero también deberían complementarse con la voluntad policial de perseguir estos delitos e imponer con rigor medidas que impidan estos abandonos, como la identificación de los dueños de mascotas de una forma veraz.
Si aumentaran las sanciones y penas de cárcel por abandono de animales, el problema se reduciría notablemente. Pero no es la única solución. Es necesario también concienciar a la gente de lo que implica tener una mascota en casa e impedir que personas sin ningún respeto por los animales puedan tenerlas. Tanto los niños como los adultos deben aprender que un animal es un ser vivo único y excepcional, que en cuanto entra en nuestra vida debe ser para quedarse siempre, que su vida y cuidados dependen de nosotros, y que debemos esforzarnos en integrarlo plenamente en el hogar, en el más amplio sentido de la palabra, donde encuentre cariño, comprensión, cuidados y compañía durante toda su vida. Es un precio pequeño a cambio de todo lo que proporcionan afectivamente y a nivel de salud.
Si España quiere equipararse a los países más avanzados, también debe solucionar el problema del abandono de animales porque es algo que ensucia gravemente su imagen y pone a la sociedad española a un nivel de analfabetos sin conciencia, integrada por al menos 300.000 personas con trazas de elevada estupidez, capaces de abandonar a una mascota y marcharse tan panchos. Lo dicho: 300.000 personas a las que no confiaría un hogar, un trabajo y mucho menos un puesto de responsabilidad en la sociedad. Ya saben que existen numerosos estudios internacionales al respecto que han demostrado una relación directa entre el maltrato animal y la criminalidad contra las personas. Porque quien se atreve a abandonar a un animal también es probable que esconda otros instintos en su personalidad: capaz de maltratar a las personas y carente de empatía. De acuerdo a estos estudios, hay una relación con otro tipo de delitos: violaciones, secuestros, robos con violencia, agresiones….
Ya va siendo hora de que España apruebe una ley nacional de protección animal y de las mascotas, de la cual carece. Y una mucho mejor que la que está en trámite, por cierto. Una ley que impida el sacrificio de los animales abandonados, salvo en casos humanitarios y sanitarios, sería el principio de la solución. Es evidente que las normas autonómicas al respecto sirven para muy poco a la vista del problema, que sigue creciendo. Ya va siendo hora de que los partidos incluyan esta medida en sus programas electorales, pero esto tampoco basta, es preciso que se implemente de verdad y cuanto antes.
Aquí, en Estados Unidos, la legislación al respecto es realmente severa y castiga con pena de cárcel a los maltratadores de animales o a quienes los tengan en malas condiciones.
Mientras parte de la sociedad se pierde en cuestiones baladíes, mientras las feministas y adláteres no dejan de dar la vara, mientras los corruptos siguen a lo suyo y a lo de los demás, campando a sus anchas, mientras una recua de comunistas e izquierdistas radicales (los de toda la vida pero con coleta) ponen rumbo a la Moncloa ante la ignorancia general, y cada grupo o individuo va a su rollo, miles de animales y mascotas se abandonan impunemente, sufren y mueren. Este sí es un tema urgente que debería preocupar a la sociedad española porque refleja tal y como es realmente, y su auténtica escala de valores. Recordemos que la forma en que una sociedad trata a sus animales es una señal evidente de su nivel de desarrollo democrático, social y cívico.
España, si quiere ser un país próspero y moderno, no puede permitirse ser el país líder en abandono de animales, en consumo de alcohol, de cocaína, de abandono escolar, de corrupción, de maltrato animal, de pobreza infantil, de prostitución, de polo de atracción de yihadistas y mil mierdas más. Porque eso la convierte en una sociedad de….mierda. Con perdón, pero así de dura es la realidad. Y si cree que no puede empeorar, se equivoca, espere un año y los citados individuos del comunismo radical (coletas & company) pondrán la guinda a tanta descomposición.
Cambiarlo está en manos de la gente. Para empezar, nuestro compromiso y colaboración activa con las protectoras de animales y la adopción de animales abandonados o facilitar la misma a otras personas, es un primer paso necesario y en el que todos deberíamos estar concienciados.
“Es la compasión del hombre hacia los animales lo que le hace un verdadero hombre”.
Albert Schweitzer (teólogo, filósofo y médico alemán)